martes, 31 de mayo de 2011

Trastolillo


Oigo la sonrisa en tu mirada, veo el brillo de la alegría en la forma en que caminas hacia allí, decidido, seguro. Transmites el baile de tus sentidos a través de tu mirada franca y limpia, de tu sonrisa ancha, de tus palabras firmes.

Te has propuesto ver en cada bache una virtud, en cada problema una oportunidad, en cada noche un preludio del día, un espacio para el descanso y la renovación. Miras con sorna a esos seres enfurruñados que ven en ti a un competidor por llevarse a aquellas gentes; ellos hacia la oscuridad, tu hacia la luz, ellos hacia la frialdad, tu hacia la calidez.

Buceas en cada uno de nosotros, buscando esa chispa, esa tierra yerma o fértil dispuesta a acoger la simiente del presente y del futuro y preñarla de esperanza, de vida, de color.

Veo tus ojos traviesos, tus manos menudas deshojando la libreta del pesar, dejándola sin argumentos, tornándolos arcilla que moldearás para que tome la forma que nos acoja. Oigo desde aquí tus risas desvergonzadas, tus chanzas al odio, al miedo, a la desesperanza, al sinsentido.

Me lo cuentas al oído mientras me encuentras abatido, y ese susurro se hace razón y la razón alegría y optimismo. Ayer no fue pero hoy será, y sabré hacerlo para que así sea y sepa contagiarlo.

Tu ves el sol más allá de las nubes, el hogar en la choza, el calor en el fuego, el crecimiento en la dificultad. Tu solo me miras y con eso me arropas, me acompañas, me haces grande y luminoso, y crezco en mi para que otros también lo hagan.

Hoy te he visto, Trastolillo, estabas en mi interior y supe verte, y eso me hizo fuerte y me dio valor. Hoy no temo, hoy todo es luz porque supe acogerte.

sábado, 28 de mayo de 2011

PREJUICIOS


Cuantas malas pasadas nos llegan a jugar los prejuicios; cuantos juicios injustos y, a la par, inútiles. Personas maravillosas que son juzgadas por su aspecto o comportamiento sin tener en cuenta las raíces del hecho.

Vienen a mi memoria vivencias tales como la de aquel hombre compungido, cuyos hijos de corta edad, en el metro, iban alborotando sin que él hiciera nada por corregirlos…y es que su esposa y madre de las criaturas, tan solo hacía unas horas que había fallecido; la de la mujer que atendía poco a sus hijos, dejándolos con jovencitas que los cuidaban y era criticada por ello; ¿el motivo?, acudía a una terapia de desintoxicación tras haber caído en el abismo de las drogas y el alcohol, y estaba saliendo de él con coraje y valentía.

Otra curiosa, y esta vivida en primera persona, es la del jefecillo que reprendía a una colaboradora por llegar 15 minutos tarde al trabajo, ignorante de que, su padre, había sufrido una embolia hacía unas horas y se habían pasado la noche en el hospital.

Reflexiono y denoto que he juzgado tan solo por el aspecto de una persona, para bien y para mal. La parte buena es que, al analizarlo, he visto mi error, la parte mala es que me ocurra todavía, aunque es bien cierto que cada vez menos.

Nos atrevemos a emitir juicios sin conocer lo que hay tras esa bruma de actuación, aspecto, comportamiento, etc. Tendremos un mundo mejor cuando dejemos nuestros juicios aparcados y disfrutemos de lo que tenemos a nuestro alrededor, cuando acallemos nuestras voces críticas sin fundamento, cuando sepamos ver en cada momento la riqueza del mismo, aquí y ahora.

En cada persona hay un mundo que admirar y en el que reflejarse; osadía, valor, ternura, confianza, autoestima, amor, generosidad, empatía, son tan solo algunas de ellas. Dejemos de juzgar sin fundamento pero, sobre todo, dejemos de esparcir la semilla del descrédito; ¿empezamos hoy?¿empezamos ahora?

martes, 24 de mayo de 2011

Problemas, una fuente de crecimiento


La semana pasada una clienta recibía dos buenas ofertas de trabajo, dos ofertas que le motivan; lleva un año en paro y ha hecho multitud de entrevistas, pero ha tenido que pasar un año hasta que llegaran estas y, en este tiempo, su crecimiento ha sido exponencial. El tiempo era necesario para su crecimiento y expansión.

Una buena amiga, politoxicómana en su día, tuvo que caer en el alcohol y los estupefacientes para encontrar su camino en la Vida, ayudando a otros a superar sus adicciones como terapeuta en drogodependencias. Hace muchos años que tomó su última pastilla y su última copa.

Negativas, llamadas no retornadas y sentimiento de impotencia por la incapacidad de llegar donde quería, fueron las simientes que dieron pie a un modelo organizativo en interdependencia, que está dando pie al embrión de una forma empresarial que sentará precedentes por la pasión e involucración de una serie de personas dispuestas a compartir, a crecer juntas y a cambiar la sociedad desde su aportación.

La muerte de una persona muy cercana y querida, da pie al acercamiento de otras personas que jamás debieron separarse. Admiración mutua que resurge con mayor fuerza.

Un Equipo de trabajo que ve como su sector empresarial se tambalea y se reinventa, frente a la parálisis de otros actores del mismo escenario. Aprenden a ver el escenario, ya no solo desde la platea, si no también desde los palcos o el gallinero, captando sutilezas que, hasta ahora, les habían sido vetadas.

Habría cientos, miles de ejemplos que nos demuestran que los problemas surgen como oportunidades de crecimiento, dando pie a una resiliencia que nos permite seguir avanzando. En todos ellos, encontraríamos rasgos comunes:

·       Inconformismo frente a la adversidad.
·       Coraje.
·       Tenacidad.
·       Autoestima.
·       Autoconfianza.
·       Gestión de los miedos.
·   Convencimiento de que es posible superar cualquier cosa.
·       Pasión.
·       Honestidad.

Apuesto que algunos de estos rasgos te suenan familiares, y eso es algo que no es casualidad. Podrás superar aquello a lo que te enfrentes, solo tienes que creer en ti y, a lo mejor, contar con alguna compañía en tu camino. Las cosas no suceden porque sí y, en cualquier caso, tu escoges tu reacción ante ellas.

lunes, 23 de mayo de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (X)


Con este post, acabaremos la serie referida a las competencias que componen la Metacompetencia Liderazgo; con este fin, comentaremos el Rigor, un concepto temido por unos y exagerado por otros, o quizás mal interpretado pero, en cualquier caso, tan malo será un extremo como el otro, tan malo será una total falta de rigor por el bienestar momentáneo, como el exceso y la inflexibilidad para someter a una disciplina que debiera haberse gestado por otros medios.

Cuando hablamos de rigor, estamos hablando de generosidad, estamos hablando de la capacidad de mantener un estándar conforme a nuestros principios, a nuestros valores, pero siempre con ese atisbo de flexibilidad necesario.

El rigor debe ayudarnos a mantenernos firmes ante las circunstancias que el colectivo quiere mantener en niveles de comodidad o, si no de comodidad, si de límite conocido; es llevar el nivel de tolerancia a la excelencia. Sin rigor, el avión despegaría sin comprobar su checklist, el cirujano entraría en quirófano sin la preceptiva desinfección, el atleta se conformaría saltando los 2 metros sin saber que, el rigor del entrenamiento, lo elevará cinco centímetros más del suelo.

El rigor duele, y duele por que no nos hace populares, o al menos no lo hace al principio, y sí,  el rigor es amor, es entrega, es confianza en el otro y en su capacidad. Pero el rigor no es tampoco intransigencia ni rigidez, porque el buen líder sabrá cuando es necesaria la flexibilidad y la tolerancia, como el edificio que cimbrea ante la fuerza del terremoto, fuerte en sus cimientos, flexible ante la adversidad de los elementos.

Te voy a sugerir una experiencia quizás dura: esta próxima semana, se riguroso en tus criterios y actuaciones, especialmente cuando estés en situaciones límite, manteniendo la flexibilidad si la consideras necesaria o siendo intolerante si ese es tu parecer; apunta las situaciones y el impacto que tus decisiones han tenido y contrasta el aprendizaje que ha habido. Tu decides si después quieres compartirlas.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (IX)


De vueltas a los componentes de nuestra Metacompetencia, en este caso, lidiando con la Empatía, aquella habilidad que todos pensamos que practicamos y que tan en falta se echa en el total de la sociedad en la que vivimos, en todos los ámbitos, ya sean Familiares, docentes, profesionales, deportivos o de cualquier otro tipo.

Cuando hablamos de empatía, todos pensamos en ponernos en los zapatos del otro y, la verdad, es que eso es una buena práctica, nos cambia la perspectiva del hecho, nos da una nueva visión, etc, PERO, hace imposible meterse en la piel del otro, porque desde los zapatos, queridos amigos, desde los zapatos, no se tienen sentimientos.

Cuando ves auténticos lideres, nacidos o creados, ves a personas capaces de sentir algo muy parecido a lo que tu sientes, de comprender desde el sentir, no desde el hacer, personas cuyo nivel de comprensión excede en mucho a lo habitual.

Hablamos de ponerse en el lugar del otro, asumiendo sus circunstancias, sus sentimientos, sus vivencias, no las mías pero visto desde el lugar del otro, y es ahí donde realmente se encuentra la riqueza y la involucración. Si soy capaz de ver por tus ojos, sentir con tus entrañas y temer tus miedos, entonces y solo entonces es cuando estoy hablando de la auténtica empatía.

No vale decir “imagino como te sientes”, vale sentir, vale vivir, ya sean sentimientos de alegría o de tristeza, de sufrimiento o de celebración, de zozobra o de admiración.

En el momento en que percibo que estás sintiendo mi sentimiento, mi identificación contigo, mi involucración con tu proyecto, mi persona, se fusiona con la tuya y se hacen una en un objetivo común, y eso es el liderazgo, la capacidad de influir en las personas haciendo que hagan suyos los proyectos y que disfruten y crezcan en ellos.

Esta semana, en lugar de ponerte en los zapatos del otro, ponte bajo su piel y siente realmente lo que hay ahí dentro; verás que el resultado en sensiblemente distinto. Me encantaría conocer entonces tu impresión al respecto.

domingo, 15 de mayo de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (VIII)


Continuando con esta serie de post, vamos a ir ahora a comentar una competencia esencial para la propia Vida en Valores y para el Liderazgo con mayúsculas y que, además, encuentro sumamente ligada al Espíritu de Servicio del que hablábamos en el sexto de estos artículos: La Generosidad, la cual queda definida en la tercera acepción del Diccionario de la RAE como Valor y esfuerzo en las empresas arduas, algo que nos podría servir aunque con algunas matizaciones interesantes.

Valor y esfuerzo es, sin duda necesario, para dar sin esperar nada a cambio, que no sea el bien de la comunidad como ente propio, algo que, a priori, en muchas ocasiones manifestamos pero que tan pocas veces ejercemos de corazón.

Hablo de generosidad en el acompañamiento de las personas, en la trasmisión de conocimientos, en la cesión de derechos propios, en la resistencia propia frente a las adversidades, hablo de la generosidad del perdón, de la aceptación de la grandeza de  los otros.

En resumen, podría decirse que hablo de la interdependencia, del dar sin esperar más que el crecimiento de la sociedad, del crecimiento de esas personas con las que interactuamos, persiguiendo su magnificencia y bienestar pero, en ningún caso, hablo de la creación de idiotas malcriados.

Cuando el líder de un colectivo se muestra generoso a la par que riguroso, nos encontramos equipos involucrados en un objetivo común, miembros capaces de reaccionar del mismo modo, creando un entorno seguro y valiente.

Generosidad es callar a tiempo como es dar un feedback sincero, generosidad es ponerse al frente de un proyecto en el que ningún otro avanzaría tan siquiera un paso. Generosidad NO es dar y recordar continuamente, Generosidad NO es ser amable para no herir, Generosidad NO es, al fin, buscar el bien personal si no encontrar el bien común, entendiendo como tal el bien del otro.

¿Qué acto de generosidad harás antes de que acabe el día?

jueves, 12 de mayo de 2011

Una nueva vuelta de tuerca a la humildad


Muchas han sido las veces que me he arrancado a plasmar unas letras en torno a la insana y pérfida soberbia y a su maravillosa hermana la humildad, porque no pueden existir la una sin la otra, sería una cara sin la cruz, un ying sin yang, una Isabel sin su Fernando, una luz sin sombra y eso, no veo que sea posible.

Me he sorprendido con la mente perdida en pensamientos que no me aportaban más que pocas dosis de humildad y sí muchas de soberbia, soberbia corrosiva y ácida, capaz de matar, o al menos de adormecer, a lo mejor que hay en mi. Cuando me pongo por delante de todo y de todos, cuando creo que tan solo en mi está la Razón y la Verdad, cuando mi sombra alargada es mucho mayor que mi esencia, entonces es que algo en mi interior se está rompiendo, se está diluyendo, está desapareciendo.

Y es que con semejantes actitudes, es imposible que pueda llegar a contemplar lo bueno que hay en otros, las perlas de conocimiento que hay tras tu sonrisa, o agazapada detrás de sus palabras sencillas, huyendo de barroquismos trasnochados o de discursos sin contenido.

Cuando te sientas a escuchar a tu hijo, a tu pareja, a tu amigo, a tu colaborador, a tu colega, a tu jefe, te das cuenta de la enorme cantidad de aprendizaje que hay en sus palabras, si y solo sí, eres (soy) capaz de acallar esas voces que te dicen que esto y aquello, ya lo sabía, lo había hecho, se me había ocurrido, lo había dicho, …. Y tantas y tantas expresiones por el estilo.

Te propongo que nuevamente nos sentemos con la mentalidad del aprendiz, sin prejuicios, sin etiquetas, sin razones, virgen de juicio, anhelante de tu verdad para que juntos podamos construir la nuestra; ¿empezamos hoy?, ¿empezamos ahora?

martes, 10 de mayo de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (VII)

Llegamos a una nueva competencia de las ligadas al Liderazgo, esta vez es Visión global con capacidad para bajar al detalle cuando es necesario, algo esencial para tener la visión del conjunto sin llegar a perder el detalle cuando esto es necesario.

Supongamos que estás en una calle de tu ciudad buscando un taxi como un loco, ya que tienes muy poco tiempo para la salida de tu AVE; el tiempo corre y no hay forma de que aparezca ninguno y, además, las líneas telefónicas, están caídas, así que no hay forma de buscar uno por cualquier otra vía que no sea la presencial.

Esta escena, era vista por alguien desde un 12º piso de un edificio situado a unos 500 metros del lugar de los hechos y, por más que chillaba, era imposible que le pudieras oír. Esa persona, veía como, a dos calles de allí, había una parada repleta de taxis, pero no te podía avisar.

En ocasiones, como líderes, puede ser interesante estar en esas callejuelas viendo que es lo que ocurre pero, en otras, es necesario tener la visión del conjunto para poder discernir, tanto las oportunidades, como los peligros. Importante balanceo entre la estrategia y la ejecución, entre el conjunto y sus partes, entre lo singular y lo plural; y ahí es donde se encuentra el arte de esa competencia, sabiendo ajustar ese balanceo a las circunstancias de cada momento, de cada organización, de cada Equipo de trabajo.

Volviendo al ejercicio de esta serie de posts, te propongo lo siguiente: cada día, en esa actividad que estás liderando, tomarás distancia y la analizarás en su globalidad y, una vez hecho esto, bajarás para observar, en compañía de las personas con las que interaccionas, el detalle de esos peligros u oportunidades, dejando que sean ellas las que encuentren sus propias soluciones.

sábado, 7 de mayo de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (VI)


Prosigamos con esta reflexión en torno a la Metacompetencia Liderazgo que es, además, el término sobre el que más literatura se ha escrito en el ámbito de la gestión (empresarial o no); en el post de hoy, hablaremos sobre El espíritu de servicio, algo que puede parecer antitético pero que es, de hecho, justamente su sinónimo.

De entre toda la literatura escrita, destacaría el libro La Paradoja, una obra menor en su extensión que no en su concepto, de James C. Hunter (1999), en la que refleja de forma novelada, el poder de la autoridad frente al poder establecido.

El liderazgo se basa en una sencilla formula que podríamos exponer como L=A/P, donde L es Liderazgo, A es Autoridad y P poder. Podremos ver como el liderazgo será mayor cuanto menor sea el denominador, sin que este nunca llegue a 0, es decir, es una combinación de ambos componentes en la que, cuando desaparece uno de los dos, se torna un absurdo. La Autoridad va de abajo arriba, es decir, la otorga el colectivo o, dicho de otro modo, se gana y genera involucración, entrega, admiración por todo lo que conseguimos, etc; el Poder, viene impuesto por la Organización (Directivo, Padre, Director de orquesta, …) y, por el contrario, puede generar odios, incomprensiones, deslealtades, desde el momento en que sea mal utilizado.

Cuando hablamos del espíritu de servicio, hablamos de servir al colectivo en el que estamos inmersos, dándoles, no aquello que demandan, si no aquello que percibimos que necesitan; se trata de observar por todos los medios a los miembros del Equipo (organización o familia) y, a partir de ahí, sacar lo mejor de ellos mismos, aún lo que desconocen o está oculto. Se trata de quererlos por sus singularidades, por su diversidad y magnificencia

Consiste en hacer crecer a las personas a las cuales estamos liderando, sean nuestros hijos, un equipo deportivo, una organización empresarial, una Coral o cualquier colectivo humano, sea de la tipología que sea. En el espíritu de servicio, el líder es la persona que se sacrifica, es un modelo moral a seguir y un ejemplo en el que reflejarse.

Vayamos nuevamente a una pequeña práctica: en el Equipo que estás liderando, analiza las tareas que realiza y, la más penosa de ellas, realízala con ellos en lugar de limitarte a observar, después anota las reacciones percibidas y repite la operación 4 ó 5 veces durante un mes. ¿Qué es lo que has aprendido de la actividad?

martes, 3 de mayo de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (V)


Proseguimos desgranando el rosario de algunas de las competencias que componen el Liderazgo, yendo esta vez a comentar la Humildad la cual, según el diccionario de la RAE en su 22ª edición, se define en primera acepción “como Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”.

Durante una época, tuve la suerte de trabajar con uno de los mejores formadores que hay en España, el cual había sido el Director de Formación de una gran multinacional y en aquel momento, con algo más de 67 años, seguía ejerciendo la docencia empresarial de forma independiente. Su sabiduría era inversamente proporcional a su soberbia y su saber hacer, comparable al del mejor cátedro universitario que hayáis visto nunca.

Al preguntarle por la razón de esa humildad su respuesta fue inmediata: ya le di cazos de soberbia a mi ego y llegó a reventar, así que ahora, ya no aparece por aquí. Nunca llegué a agradecerle aquellos meses de aprendizaje.

Vemos en el líder humilde a la persona consciente de su sabiduría y de su ignorancia, consciente de sus recursos y limitaciones, con la transparencia que le permite acudir en busca de la mejor ayuda en el momento adecuado, ya sea esta a través de personas ajenas a la Organización o en la propia y, dentro de esta, compañeros, jefes o colaboradores, sabedor de que en cualquier parte está el conocimiento, la habilidad o la técnica necesaria.

Suele ser esa persona que escucha de forma atenta, absorbiendo el conocimiento de allí de donde venga, sin avergonzarse ni un ápice de esa falta del mismo.

Me sorprendió, en una ocasión, el Consejero Delegado de un gran grupo farmacéutico nacional. Yo era realmente joven, unos 30 años, y el ya habría puesto los 60 en su haber; hablábamos de temas de Gestión de Personas y el escuchaba con una atención difícil de explicar, aquella que me hacía sentir experto; sus preguntas eran certeras y sus comentarios inteligentes. Cuando resolvimos el tema que me encargó, entendí porque era una de las personas más respetadas del mercado y de la sociedad española e internacional: aprendía en cualquier momento y de cualquier persona y solo su humildad e inteligencia le permitía hacerlo.

Siguiendo con la tónica de esta serie de post, dejarme que os sugiera una tarea: dedicarle 30 minutos a charlar con una persona de la Organización que, en la estructura piramidal, esté en un nivel más básico que vosotros, ser tan curiosos como un niño de cinco años y dejarle claro que no sabéis tanto como ella en lo que es experta (limpieza, deporte, contabilidad, administración, ventas, música, venta de billetes, etc). Ya me contaréis.

PD. Gracias Manolo, gracias D. Rafael

domingo, 1 de mayo de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (IV)


En esta ocasión y, muy ligado con el post anterior, encontramos una nueva competencia: Creación de espacios en los que la verdad fluya.

Imagino espacios inundados por la luz, abiertos y aireados, frente a otros que, por contraste, serán mortecinos, oscuros, cerrados y con hedor a moho y podredumbre; un espacio en el que las relaciones se fortalecen, frente a otro en el que se deterioran, se degradan hasta tornarse insalubres de pura desconfianza.

Y esa apertura, esa luz, ese aire fresco, fluye en todas direcciones puesto que se han sentado las bases para ello. No se os escapa que estoy definiendo un entorno que los Coaches llamamos un espacio seguro, un espacio en el que la transparencia es la regla principal de entre las pocas que hay.

Serán espacios en los que se huirá del juicio y se irá al análisis de lo sucedido, ya sea esto hechos o emociones; los errores serán admitidos como una forma de aprendizaje, las circunstancias serán conocidas por el bien del colectivo.

La verdad debe fluir en las relaciones para que estas no se tornen irrespirables y, para eso, hace falta la creación de unos espacios seguros que el líder se encargará de construir; quizás serán reuniones en las que las opiniones de los participantes, susciten debate pero no enfrentamiento, en las que no serán represaliados aquellos portadores de noticias distintas a nuestros criterios (en la historia llegaban a matar al mensajero que traía malas noticias).

Nuevamente, os propongo una actividad: la creación de una reunión de ese departamento, coro, grupo o Institución que lideres, en la que se fijen unas normas iniciales de comportamiento entre las que está la creación de un espacio seguro, en el que la verdad debe ser la principal premisa. Esto la harás en un entorno en el que la mentira, la evitación del confrontamiento, la amabilidad frente a la generosidad del rigor, ha sido práctica habitual y, por tanto, las consecuencias pueden ser muy visibles y prácticas.