martes, 3 de mayo de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (V)


Proseguimos desgranando el rosario de algunas de las competencias que componen el Liderazgo, yendo esta vez a comentar la Humildad la cual, según el diccionario de la RAE en su 22ª edición, se define en primera acepción “como Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”.

Durante una época, tuve la suerte de trabajar con uno de los mejores formadores que hay en España, el cual había sido el Director de Formación de una gran multinacional y en aquel momento, con algo más de 67 años, seguía ejerciendo la docencia empresarial de forma independiente. Su sabiduría era inversamente proporcional a su soberbia y su saber hacer, comparable al del mejor cátedro universitario que hayáis visto nunca.

Al preguntarle por la razón de esa humildad su respuesta fue inmediata: ya le di cazos de soberbia a mi ego y llegó a reventar, así que ahora, ya no aparece por aquí. Nunca llegué a agradecerle aquellos meses de aprendizaje.

Vemos en el líder humilde a la persona consciente de su sabiduría y de su ignorancia, consciente de sus recursos y limitaciones, con la transparencia que le permite acudir en busca de la mejor ayuda en el momento adecuado, ya sea esta a través de personas ajenas a la Organización o en la propia y, dentro de esta, compañeros, jefes o colaboradores, sabedor de que en cualquier parte está el conocimiento, la habilidad o la técnica necesaria.

Suele ser esa persona que escucha de forma atenta, absorbiendo el conocimiento de allí de donde venga, sin avergonzarse ni un ápice de esa falta del mismo.

Me sorprendió, en una ocasión, el Consejero Delegado de un gran grupo farmacéutico nacional. Yo era realmente joven, unos 30 años, y el ya habría puesto los 60 en su haber; hablábamos de temas de Gestión de Personas y el escuchaba con una atención difícil de explicar, aquella que me hacía sentir experto; sus preguntas eran certeras y sus comentarios inteligentes. Cuando resolvimos el tema que me encargó, entendí porque era una de las personas más respetadas del mercado y de la sociedad española e internacional: aprendía en cualquier momento y de cualquier persona y solo su humildad e inteligencia le permitía hacerlo.

Siguiendo con la tónica de esta serie de post, dejarme que os sugiera una tarea: dedicarle 30 minutos a charlar con una persona de la Organización que, en la estructura piramidal, esté en un nivel más básico que vosotros, ser tan curiosos como un niño de cinco años y dejarle claro que no sabéis tanto como ella en lo que es experta (limpieza, deporte, contabilidad, administración, ventas, música, venta de billetes, etc). Ya me contaréis.

PD. Gracias Manolo, gracias D. Rafael

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