sábado, 30 de abril de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (III)


Vamos a por la segunda competencia de las que configuran el liderazgo: el Hambre por la verdad (aunque esta sea dura y escueza), una enunciada por nuestro inspirador a esta serie de post: Juan Mª Nin.

En multitud de ocasiones hemos visto como esos reyezuelos de república bananera organizacional (empresa, institución, familia, grupo de amigos, etc.), rechaza de plano cualquier razonamiento, argumento o idea contraria a su línea de pensamiento o comportamiento, como hemos visto otros, auténticos líderes estos, capaces de buscar esas verdades por más incómodas que puedan resultar.

Como integrantes de un colectivo, nos llega a indignar (o lo que es peor, a encontrar normal), descubrir mentiras o medias verdades, ya que nos impide depositar nuestra confianza en alguien que es incapaz de confiar en nosotros.

Quien ostenta el liderazgo, tendrá hambre por conocer la Verdad y por darla a conocer, siendo esta una de las mayores muestras de confianza que puedan existir, sin que ello signifique que no deba buscarse el momento adecuado para exponerla.

Hambre por la Verdad significa no quedarse con las primeras versiones cómodas de aquello que se nos plantea, sino buscar con mayor profundidad, cerciorándonos de la certeza de los planteamientos, creando una relación en la que, las cosas, están claras.

Y, al hilo de este último párrafo, permitirme una petición: ante la primera situación en la que la comodidad nos lleve a dar por buena una cuestión (por prejuicios, etiquetas o cualquier otro motivo), indaguemos hasta obtener la certeza de que eso es así, o de que hay otras verdades agazapadas tras esa cortina de humo.

lunes, 25 de abril de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (II)

En los siguientes posts con este título, iremos desgranando una por una las competencias que componen la Metacompetencia del Liderazgo, tal y como anunciaba en el primero de esta serie, recordando que no pretendo sentar cátedra, si no compartir mis observaciones y experiencias.

La primera de las competencias nos habla de la Capacidad de escucha, a la que yo añadiría…Capacidad de Escucha activa, muy distinto de oír (Ver Liderar  a través de la Escucha y el Servicio, en este mismo Blog, de fecha 10 de febrero de 2010).

Cuando escuchamos de una forma activa, percibimos las palabras que el interlocutor nos dice y lo que nos cuenta sin ellas, percibimos el sentido de sus silencios, de sus emociones, de las nuestras, del entorno y de su impacto y, en resumen, percibimos la práctica totalidad del mensaje que el emisor pretende hacernos llegar.

En ese momento, todo se transforma, se crea un espacio de comunicación real, un espacio en el que la persona pasa a sentirse importante, pasa a sentirse realmente como tal, no únicamente atendida como un alto en el camino de su Jefe, Responsable, Padre, Colega o Compañero. Desde ese punto, muchas cosas, por no decir todas, son realmente posibles ya que la persona toma un sentido distinto de sí misma, su autoestima se refuerza, su sentido de pertenencia se torna realidad y la relación, sin ninguna duda, se fortalece.

Para ello, todo lo que no sea nuestro interlocutor debe acallarse, de fuera hacia dentro, desde nuestra cacharrería (móvil, ordenador, buscapersonas o lo que sea), hasta nuestras voces interiores. Desde ahí, no pensamos en la respuesta que le daremos, estamos atentos a lo que ocurre en ese espacio y, por ello, percibimos el mensaje en toda su intensidad, tanto racional como emocional, llegando hasta la esencia del mismo y, por tanto, hasta las inquietudes de la persona, hasta su propia esencia, con el tiempo, desvelando aspectos que, de otro modo, habrían devenido impensables.

Os propongo un sencillo ejercicio: mañana mismo, cuando alguien os venga a comentar algo, lo que sea, estar atentos a lo que os dice y a lo que no os dice, apagar vuestro móvil de forma que vea que lo hacéis, cerrar el ordenador y mirarle directamente a los ojos y, cuando interrumpáis, que sea tan solo para pedir alguna aclaración o para confirmar que entendéis lo que os está diciendo. Luego, tomar nota de vuestras sensaciones y de la percepción que tenéis de las suyas y, si queréis, lo comentamos.

¿Alguien se atreve a empezar a escuchar de verdad?

sábado, 23 de abril de 2011

Liderazgo, una Metacompetencia (I)


El pasado 7 de abril, asistía a una sesión del IDEC que, bajo el título de 1st Management Spring Meeting, nos deleitó con una serie de ponencias de profesionales de primer orden.

Me llamó la atención, especialmente, la mesa redonda que dinamizó de forma brillante Guillem López y en la que participaron Rosa Mª García y Juan Mª Nin, de los cuales pudimos sacar buenos aprendizajes. Este último, a quien considero un buen líder, pese a no conocerlo en profundidad y por tanto con el riesgo que supone el juicio con poco conocimiento, me impactó muy favorablemente por las capacidades que enumeraba referentes a un líder.

La 1ª acepción de líder que hace el Diccionario RAE es Persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora; yo me atrevería a añadir que es la persona capaz de influir en un colectivo, consiguiendo el movimiento hacia un objetivo común.

Aquí, poniendo harina de mi propio costal, presupongo liderazgo en cualquiera de las áreas o facetas de nuestra vida, ya sean profesionales, familiares, lúdicas o de cualquier otro tipo.

El Sr. Nin apuntaba, entre otras, como competencias necesarias en el liderazgo:

·       Capacidad de Escucha
·       Hambre por la verdad (aunque esta sea dura y escueza)
·       Creación de espacios en los que la verdad fluya.

Yo me atrevería a añadir algunas competencias más tales como:

·       Humildad
·       Espíritu de Servicio
·      Visión global con capacidad para bajar al detalle cuando es necesario
·       Generosidad
·       Empatía
·       Rigor

Bien es cierto que hay muchas más competencias que dibujan la totalidad de esta Metacompetencia, pero probablemente también algunas quedarían englobadas en otras.

Mi propuesta es comentar estas competencias, en función de lo observado en estos 25 años de carrera, aciertos y errores, tanto de otros como míos propios, con algunas prácticas que pueden ayudar a su desarrollo.

lunes, 18 de abril de 2011

Festival de los sentidos estando presente. Baños Árabes


Una visita a los baños Árabes, primera hora de la mañana. Había estado otras veces pero nunca con este estado de presencia.

Todos mis sentidos se han excitado; notaba el agua en cada uno de los poros de mi piel, la presión que ejercía, su temperatura, ora fría, quasi gélida, ora caliente, su suave caricia en toda mi epidermis y el hormigueo del contraste térmico jugueteando con mis sensaciones. Estoy sentado y noto el peso de mi cuerpo bajo el agua, soy consciente de cada parte de él.

Paz completa, me ciño al momento, al aquí y al ahora, observando mis manos bajo el agua, con la escucha captando todos lo matices, la música árabe por una parte, meciendo ese momento de plenitud, el fluir del agua en la cercanía y algo más lejana, palabras de otras personas próximas a mí y un sonido desconocido que me cautiva y no identifico.

Hay un tenue aroma, para nada recargado que excita mi olfato, suaves matices dulzones flotan en el ambiente y consiguen hacerme consciente de su existencia, existencia que, de no estar presente, habría sido incapaz de captar; se mezclan con ese suave olor a té y a la cera que se funde en los candiles distribuidos por la estancia.

Es ese te el que entra en mi boca y la llena de un arco iris de sabores, un líquido con un punto de aspereza que le hace doblemente agradable. Baja por mi garganta caliente y noto todo su recorrido por ella. La sensación de bienestar me inunda y consigue darme la máxima tranquilidad.

Todo en este momento invita al recogimiento, a la paz interior; la vista se acomoda a la luz amortiguada de las velas y relaja mis ojos dándoles un nuevo sentido de la visión.

Presencia, nada más en mi que ese aquí y ese ahora; sería igual que estuviera en una playa, en la montaña o en una butaca de mi casa; sería yo en toda mi esencia, sintiendo cada matiz de este momento.

He sido consciente de abandonar el pasado y no considerar el futuro. Solo ahora, solo aquí, maravillosa sensación. ¿Qué hay para ti en el aquí y el ahora?

viernes, 15 de abril de 2011

Interdependencia


Lo que son las cosas, andaba preparando un post referente a la Interdependencia cuando la Contra de la Vanguardia de hoy, contiene una entrevista a Alejandro Jodorowsky que va precisamente de eso; veo el post en Twitter de un buen amigo y, aunque no lo explicita, también contiene grandes dosis de ello.

Hace poco más o menos un año y un trimestre, sentí la necesidad de dejar mi dependencia de otros, de la Organización a la que estaba unido, y ser Independiente. La verdad es que ha sido un camino apasionante, pero me ha permitido darme cuenta que la auténtica riqueza, no está en la Independencia, si no en la Interdependencia.

Pero esta, no puede llegar si hay miedos, recelos, inquietud, desconfianza respecto a los otros. Cuando ves que ahí fuera hay un montón de riqueza por compartir, que los miedos no son más que pequeños muros de contención de la soberbia personal y que en el momento en que das de forma humilde y generosa, el universo entero te compensa con creces, es cuando empieza un camino diferente, un camino real, de crecimiento y expansión.

Doy aquello que tengo o que sé y busco en ti tu conocimiento, tu confianza y tu generosidad y, cuando los caminos se cruzan, veo en la intersección algo mucho mayor que la suma de las partes, entre otras cosas, porque tanto tu como yo, interaccionamos con otras muchas personas a las que nuestro nuevo estado, les va a impactar de un modo u otro, con lo que la red va reforzando sus sinapsis.

Muchos proyectos se han gestado a la luz del compartir de un modo bidireccional, ahora aquí y después allí, pero siempre con un nuevo camino.

Veo claro que en mi crecimiento está el tuyo y en el tuyo está el mío, para ello, renuncio a los temores, a los egoísmos, a la competencia, a favor del nosotros, de la valentía, del compartir y de la Vida en sí misma.

martes, 12 de abril de 2011

Ego


Escribió Francisco de Quevedo:

Érase un hombre a una nariz pegado,
Érase una nariz superlativa….

Y después de ver algunas actuaciones corporativas, me apetecería esbozar un poema a algo mayor (o menor, según como se mire) que una nariz. Creo que podría ser más o menos así:

Érase un hombre a un Ego imantado,
Érase una mujer que competía en su estupidez y osadía,
Érase un ser tan pequeño,
Que la persona ni tan solo lo veía.

Conforme más daba de comer a ese Ego,
Más y más gordo se tornaba
Mas no pensaba que de pura soberbia,
El ser poco a poco descarnaba.

Podríamos seguir, pero me temo que mis dotes frente al verso distan mucho de Quevedo o de mi poeta actual favorito, Joan Manuel Serrat, quien ya nos hablaba de “La aristocracia del barrio, lo mejor de cada casa”. En otro de los versos de la canción nos dice “qué se va a hacer, ha de haber gente pa todo”

Y así es como veo a esos Egos, lo mejor de cada casa, desbordando de puro gordo a ese maravilloso ser que yace dentro de él y al que hace cada vez más pequeño, cada vez más insignificante, escondido entre las máscaras de su Carnaval de vida particular, hasta que llegue una luz, quizás la de una pequeña llama, que le permita brillar.

Decía uno de los mejores profesionales que he conocido nunca, maravilloso profesor, que su sencillez venía, precisamente, de haber dado de comer, a ese pequeño bastardo, hasta hacerle reventar.

¿Te reconoces?, yo sí, afortunadamente, en otra época. Hoy murió, o por lo menos se hizo pequeño.

sábado, 9 de abril de 2011

El Coach


Sigue sorprendiéndome cuando clientes actuales o futuros, ya sean particulares o empresas, comentan la pasión que se desprende de las palabras de un Coach cuando hablamos de nuestra profesión, de nuestro oficio, y eso viene dado por que hay fuego en ella, por que no es que ejerzamos un trabajo, si no que somos Coaches, vivimos como tales, al menos, una gran mayoría

Es bien cierto que antes de ejercer, nos dedicamos a trabajarnos nosotros mismos, incluso que muchos de nosotros hemos hecho procesos de ruptura, aprendizaje y reinvención, sacando una buena cantidad de chatarra, de “armadura oxidada”, como la del caballero.

Hacemos lo que creemos, de una forma firme y contundente, por el bien de nuestro cliente y por el bien de la sociedad en la que el mismo impacta, tal y como hemos hecho anteriormente con nosotros mismos.

Una sesión de Coaching es una sesión de descubrimiento por parte del cliente, de toma de conciencia, de reflexión, de movimiento hacia el objetivo fijado, de expansión de dentro hacia fuera, porque el cambio personal solo tiene el picaporte por dentro, algo que el propio individuo descubre cuando se sabe pleno y lleno de recursos que hasta entonces desconocía.

Somos meros acompañantes de un camino en ocasiones oscuro y en ocasiones lleno de luz, pero con la certeza del brillo de la persona con la que estamos en el camino, máximos seguidores de su grandeza, aún y cuando ella todavía no la vea

Eres grande y lo sabrás, sólo déjame acompañarte en tu descubrimiento

viernes, 8 de abril de 2011

Mi Libertad (y no es una broma)

No hace mucho, había quien me decía que, además del compromiso conmigo mismo, tenía un compromiso con no se qué causa política que ella defendía y, desde aquí, quiero proclamar mi total, completa y absoluta libertad de creencias y criterios de actuación.

Ya no es tiempo de carta blanca para todo aquello en lo que ando inmerso, ni con gobernantes ni con empleadores, ni con amigos o familiares, ni con Jefes, compañeros o colaboradores. Si estoy en Cataluña, tendré como himno una certera canción de Els amics de les arts “La merda se’ns menja” (La mierda se nos come), una de cuyas estrofas dice “I comprovar que París et queda bé i si plou no passa res” (Y comprobar que París te queda bien y si llueve, no pasa nada) y, si es en algún punto del resto de España, mi himno será entonces la canción de Charanga Habanera “No estamos locos”, con una maravillosa estrofa que dice: “de que lo somos lo somos y esta tierra vacilamos pero la bola del mundo queremos abrazar con nuestras manos”

Mi compromiso es conmigo y con todo aquello en lo que creo, con mi libertad de actuación y de pensamiento; mi trabajo será fluido y certero cuando crea en él y dejará de serlo cuando tan solo lo económico sea su brújula; mi amistad será verdadera cuando riamos juntos, pero también cuando lo estemos en los momentos de penuria; mi docencia será adecuada cuando sepa ver en ti a mi mejor alumno, con toda su luz y todo su brillo, desarrollándonos juntos, enseñándote, pero también aprendiendo de ti.

Solo pienso si estos señores de IKEA me querrán vehicular la “República Independiente de mi casa”, donde habrán tantas libertades como personas estén en ella, tantas nacionalidades como sujetos convivamos bajo una misma raza: la humana, con un par de Valores Universales: El respeto y la diversidad.

Esta es mi proclama

lunes, 4 de abril de 2011

Crónica de una persecución de sueños


Domingo por la mañana, 10,00 h., Parque de la Ciudadela en Barcelona, un grupo de ProBocActivos nos encontramos en la Glorieta del Parque para preparar y ejecutar nuestra 2ª ProBocAcción: “ir a la caza de sueños de las personas que quieran compartirlos con nosotros”.

Casi 30 personas nos reunimos allí y empezamos a organizarlo todo con la intensidad y pasión que una actividad de este tipo requiere.

Se dan todo tipo de anécdotas, desde la coincidencia con el partido político mayoritario en plena campaña electoral a la alcaldía de la ciudad, hasta el resbalón de un compañero con palmas de las manos peladas incluida, pasando por una pareja de agentes de la Guardia Urbana que se suman con buen humor a nuestra causa.

El mayor aprendizaje de la jornada es el regalo que todos los participantes (del orden de unos 280), nos hacen: colgar su sueño, en forma de post-it escrito, en una pizarra a la vista de todo el mundo, tirando a la basura otro elemento igual que contenía aquello que le limitaba para llegar hasta él, así como el compromiso de iniciar algún movimiento en los próximos días que le llevara a la acción.

Muchos fueron los sueños que aparecieron, desde algunos infantiles como ser piloto de avión o futbolista del Barça, hasta algunos cuyo sentimiento estaba a flor de piel como el de una chica con un hijo de unos 10 años el cual, tras leerlo, le dijo que imaginaba que ese era su sueño: Que su pareja y padre de la criatura, pudiera reunirse de nuevo con ellos.

La mayoría de ellos, se relacionaba con Valores con mayúscula, con vivir la vida de ese modo, con intensidad. Paz, amor, felicidad, eran los más habituales y los menos, los relacionados con aspectos económicos, algo que dice mucho de las necesidades que tenemos y del anhelo de aspectos que no pueden ser comprados con dinero.

Debo reconocer que el de la chica que os he contado es el que más me impactó, pero no le va a la zaga otro muy simple: Volver a Sudán; ahí había vida, pasión y deseo.

Creo que conseguimos nuestro objetivo: Crear conciencia en las personas de donde están, qué es lo que quieren y movilizarse para conseguirlo.

Gracias por compartir, fue una mañana muy grande

viernes, 1 de abril de 2011

A vista de pájaro


Ayer, en Vallvidriera, un pueblecito anexo a Barcelona y separado de él por una carretera de pocos kilómetros, con unas vistas privilegiadas, tomamos conciencia de una serie de cosas que quería comentar aquí.

Veníamos pensando en nuestros pequeños problemas cotidianos, unos más acuciantes que otros, hasta que salimos a la terraza y vimos nuestra hermosa ciudad a los pies, en toda su enormidad y magnificencia. Desde aquí, no se veían los desconchones en los edificios, el urbano poniendo la multa o la parejita haciéndose arrumacos en la esquina; era una visión que nos permitía una imagen rápida y global de la ciudad.

En esa visión, podríamos haber visto dos incendios de forma simultánea en cada punta de la ciudad, un barco atracando en el puerto, un avión aterrizando y un globo irguiéndose orgulloso entre los edificios, algo imposible con una visión desde cualquiera de sus calles. Era la Visión a vista de pájaro, la que nos permitía ver el elemento Barcelona en su globalidad.

Por el contrario, era imposible percibir la belleza de la fachada de la Casa Vicens, edificio Modernista de la calle Carolinas, esa jovenzuela con piercing en su oreja acompañando a un anciano o el niño jugando con su skate. La vista de pájaro nos circunscribía a la globalidad, la vista en el escenario nos permitía captar cada uno de los detalles.

Y ahora, ¿Cuál de ellas es la mejor?. Me atrevo a pensar que ninguna de ellas, ambas son complementarias y se necesitan la una a la otra so pena de perder buena parte de la información, tal y como ocurre con cualquiera de las situaciones que atravesamos en nuestra vida a la que, si queremos ver con la  perspectiva y la información necesaria, es preciso ver desde su globalidad, su contexto, sus implicaciones, pero también profundizando en sus detalles.

Vi el colegio de mis hijos desde la distancia, perfecto en sus líneas y distribución, pero fui incapaz de percibir aquella sonrisa infantil en una cara traviesa, o aquel maestro moldeando la arcilla de la personalidad de aquel chaval; para eso, tendría que bajar al detalle y nadar en sus aguas.