domingo, 29 de enero de 2012

Equipo: Riqueza en la diversidad


Estoy seguro de que todos hemos oído, e incluso hemos sido partícipes de la crítica de algo que no nos gusta porque no es como nosotros o, como dice la psicología social, pertenece a “los otros”.

Podemos ser personas de acción y nos crispa aquel que todo lo analiza, o ser imaginativos y detestar el pragmatismo, o ser resolutivos y quedar bloqueados por quien busca el mejor momento, o…

María siempre se lo piensa todo dos veces, Manuel es incapaz de tomar una decisión sin tener la información previa, José hace, Cristina dice, Luis piensa, y así una tras otra la obra de desgaste en los equipos en los que, invariablemente, existe disfunción por falta de conocimiento de la riqueza de la diversidad, lo cual nos lleva a una falta manifiesta de confianza.

En el vídeo con el que ilustramos el presente post, pretendemos llevar a una reflexión que vemos interesante plasmar aquí mediante vuestros comentarios.

En principio, un grupo de niños de corta edad que tengan distintos perfiles, no pondrán los problemas que ponemos los adultos; ¿la razón?, sus filtros mentales aún no se han creado y, aunque en un principio les pueda sorprender lo que es diferente a ellos, lo normalizarán en breve plazo o, dicho de otro modo, no tienen los miedos que tenemos nosotros.

Las diferencias nos complementan, nos enriquecen y nos hacen más grandes porque, allí donde no llegas tu, llegará el otro; el que tiene la mano pequeña, la podrá meter en aquella grieta en la que no entra la mano del grandullón, el más grueso podrá servir mejor de contrapeso y, el más liviano, tendrá mayor agilidad. Como vemos, el uno complementa al otro.

Y parece claro, no habría noche sin día, ni placer sin dolor, ni luz sin oscuridad. Son contrapuestos que se complementan, como ocurre en un equipo donde, si en lugar de buscar los fallos en los otros, nos dedicamos a buscar sus posibles aportaciones, es posible que consigamos:

·       Aumentar la autoestima
·       Alcanzar cotas inimaginables
·       Superar obstáculos hasta ahora impensables
·       Funcionar como un Equipo
·     Alcanzar un sentimiento personal de utilidad para el Equipo y, por tanto, un orgullo de pertenencia

¿Lo probamos?; te agradeceremos tus comentarios al respecto

viernes, 27 de enero de 2012

Distinto


Lloros y más lloros, quejas, victimizaciones por los recortes, por la presión, por la escasez de recursos, por mil cosas, todas ellas ciertas y contra las que difícilmente podremos hacer nada.

Hoy me gustaría proponer algo diametralmente opuesto y, como no, en mi línea de proactividad y positivismo frente a la parálisis y a la negatividad (NO, no al optimista bien informado, como gusta definirse al pesimista más recalcitrante).

Intentemos ver las cosas desde un punto de vista completamente distinto al que hemos tenido hasta ahora y, si lo veíamos desde el norte, exploremos el resto de puntos cardinales, si nuestra visión era desde el amarillo, probemos desde el verde e incluso el negro o el blanco.

En lugar de paralizarnos por el agobio, demos salida a nuestras emociones de un modo controlado, gritemos, lloremos, riamos, saltemos si hace falta, pero desahoguemos esa angustia y, una vez hecho, pongámonos manos a la obra mirando del modo que os comentaba en el párrafo anterior. Preguntemos a nuestros colaboradores, a nuestros pares, a nuestros jefes, diseñemos una task force distinta, que nos permita diseñar nuevas acciones, rompedoras, atrevidas, osadas, que supongan el día y la noche de lo habido hasta ahora.

Si en tu entorno habitual te sientes maniatado, busca un entorno distinto, quizás en la montaña, o junto al mar, podría ser en silencio o con el bullicio de todo el equipo aportando de una forma desordenada o tal vez ordenada, o a lo mejor la forma para vosotros pasa por una música alegre o calmada, energética o sosegada, clásica o funki; cada Equipo tiene su forma y su sistema.

Sí, es cierto, van a salir un montón de aspectos críticos, lo que De Bono utiliza bajo el sombrero negro en sus 6 sombreros para pensar y que tan útil resulta….si no nos quedamos ahí. Debemos ser capaces de lanzarnos fuera de nuestra zona de confort y ampliarla, como personas y como Equipo, ser osados y atrevernos con esas soluciones que incluso nos dan vértigo y que nos ayudarán a construir otro tipo de futuro.

Las soluciones están en vuestra iniciativa como sistema, solo hay que hurgar en su busca. ¿te atreves?

martes, 24 de enero de 2012

Carta a la niña que va a nacer


A raíz de la charla que tuve con una buena amiga que está a punto de dar a luz, vino la necesidad de escribir estas líneas para todas las criaturas que están a punto de estar entre nosotros. Me encantaría pensar que alguna de ellas, algún día cuando sea mayor, las leerá y tendrá unos instantes de reflexión.

Mi querida Ana, María, Cristina, Mónica, Julia o cualquier nombre que tus papás decidan ponerte, estás en este momento en el mejor de los mundos: el tuyo, te mueves en tu cuna de líquido tibio, tu mamá te cuida y te alimenta sin que debas hacer nada para ello y lo único que oyes es su voz cuando habla, “es una voz tan bonita, tan dulce, es la voz de mi mamá”, debes pensar. Eres, probablemente, su máxima ilusión y una de las pocas cosas por las que daría la vida.

De aquí unas semanas, unos días o unas horas, saldrás de ese nido y vendrás con nosotros, a un lugar mucho más grande, ruidoso y alegre que aquel en el que estás, también hay algunas cosas malas pero la verdad es que es un lugar maravilloso pese a todo.

Llegas y tienes todo un libro por escribir, un libro de Vida, en el que todas sus páginas están en blanco, donde aún no aparecen esas fotos que te limitan y que poco a poco otros intentarán poner, algunas con tu conocimiento, otras sin que te des cuenta. Escribe tu ese libro de Vida, no dejes que otros lo hagan por ti.

No hagas caso a nadie que intente decirte que no puedes hacer esto o aquello, o que tus sueños son imposibles, ¡no renuncies sin probarlo! Y, aún cuando lo hayas probado sin éxito, ¡vuelve a hacerlo!. No te des por vencida, sé tenaz y valiente y cada punto, cada coma de ese libro, habrá sido escrita por ti

Vas a tener unos papás maravillosos que lo harán todo por tu bien, aunque algunas veces, no te guste. Ellos lo harán lo mejor que puedan, de eso no te quepa la menor duda, si se podría hacer mejor o peor, no tiene sentido preguntártelo; basta con que sepas que todo lo que hacen, lo hacen por ti. Sé que tienes ganas de conocerlos y muy pronto los verás, tan asustados como tu, tan ilusionados como tu.

Ven a este mundo a compartirlo con nosotros pero no olvides, en ningún momento, ser Tu.

Bienvenida pequeña.

domingo, 22 de enero de 2012

Acompañando Equipos


Nos encontramos ante un Equipo de personas, comprometidas con ellas mismas y con la Misión de la Organización en la que trabajan o, más que trabajar, en la que desarrollan todo su potencial.

Primero hemos hecho, como de costumbre, una serie de entrevistas personales que nos han permitido hacer un breve diagnóstico de lo que ocurre en él. Vemos personas ilusionadas, valientes y decididas, las cuales han llegado a un momento en el que su propia relación indica que algo quiere cambiar entre ellos.

El otrora excelente clima existente, se ha vuelto un tanto pesado y denso, algo que ha encendido las voces de alarma. Nuestra función se inicia con la normalización de la situación: no ocurre nada que sea extraordinario ya que en todo nuestro camino, aparecen bifurcaciones que nos invitan a adentrarnos en ellas. Como decía en líneas anteriores, todo ello nos indica que algo quiere pasar, simplemente eso.

En cada intervención me asombra y me admira la valentía de las personas que componen esos equipos. Pura energía que quiere mantenerse viva, sin dejarse morir, sin resignarse a la lasitud del siempre se ha hecho así o aquí siempre ha sido así. Personas con la intención de sacar lo mejor de sí mismas y de los Equipos en los que se hayan inmersas. No siempre trabajamos en equipos que quieren resolver cuestiones pendientes, ya que también lo hacemos con equipos en franca expansión, que buscan crecer en ellos mismos.

Nuestra función, como acompañantes, no es la de enseñarles que deben hacer, no es la de marcar el camino si no, bien al contrario, ayudarles a descubrir qué es lo que está ocurriendo, lo que subyace bajo las señales que, en ocasiones, nos empeñamos en ignorar. Dicho de otro modo, el Equipo debe tomar conciencia de lo que está ocurriendo, como le afecta y dónde quieren ir con ello.

Una vez conocemos lo que ocurre, podremos actuar, si eso es lo que realmente quieren los miembros del equipo, escuchando a todos ellos, permitiendo que se expresen todas las ideas, razón por la cual, no es este un procedimiento para personas o equipos pusilánimes, temerosos de que sus debilidades queden expuestas, algo completamente fuera de lugar, ya que habremos creado al inicio un espacio seguro en el que toda transformación es posible.

El acompañante, el Coach de Equipos, retará a los mismos a realizar acciones valientes para conseguir los resultados que persiguen, algo que se torna espectacular por su impacto.

¿Os acompañamos?

miércoles, 18 de enero de 2012

Fuerza en ti, fuerza en mi, fuerza en nosotros


Realmente es indescriptible ver a un Equipo trabajando como tal, bailando unos con otros, sí, no lees mal, digo bailando, porque tal parece la comunicación entre esas personas que interactúan juntas con un objetivo común, aunando intereses personales con intereses comunes y haciéndolos uno, gran diferencia con el grupo de personas que decide unirse con un fin común que deviene distinto para cada uno de los miembros.

Indescriptible y complejo, tremendamente complejo, porque hablar de esto significa hablar de confianza, de interdependencia, de humildad, de sencillez, de autoliderazgo, competencias estas notablemente distintas a las de antiguos paradigmas, cuya incoherencia era patente, buscando la competitividad, el recelo, la soberbia, la dirección por mando. En este tipo de gestión, las barreras entre los individuos simplemente desaparecen y se produce la simbiosis.

Mis primeras reacciones surgen de mis propios filtros mentales, de mis creencias limitantes, las cuales intentan protegerme SIEMPRE según esos parámetros y así, aparecen los “cuidado con este o con aquel, cuidado con compartir la información no sea que se adueñen de ella, cuidado con esto, con aquello y con lo de más allá”.

Ahora imaginemos unas personas que se unen  con la mentalidad abierta, limpia de prejuicios, con ansia de compartir, de dar y recibir, con confianza, con humildad, sabedoras de que en esa unión es, precisamente, donde está la fuerza de ellos mismos como individuos y de todos como conjunto indisoluble cuando se presentan como tal.

Supongamos también esa interdependencia, muy por encima de la tan anhelada independencia que, si bien es cierto que consigue que seamos nuestros propios dueños, también lo es que nos hace renunciar a la riqueza de la unión y del compartir, de disfrutar de nuestra propia diversidad, la cual nos hace fuertes y nos ayuda a crecer en nosotros mismos.

Un conjunto en el que las líneas trazadas por el bien del sistema, nos llevan a que cada cual sea líder de uno mismo, se involucre en la medida necesaria y asuma el rol de guionista y protagonista en cada momento, sin necesidad de censuras o policías de control.

Sueño con ese sistema y tengo el inmenso privilegio de participar en la creación de algo que funcionará de ese modo. Es complejo e intenso, pero funcionará y nos permitirá mostrarlo a otras realidades que busquen algo similar.

Estoy en ti, estoy en mi, estoy en nosotros, esa es la única filosofía, ¿te unes a ella?.

domingo, 15 de enero de 2012

Zona de confort


Estás cómodo, te sientes confortablemente insatisfecho; a fin de cuentas, lo que hay al otro lado no puede ser mejor que lo que tengo ahora y, si lo fuera, el sacrificio sería excesivamente costoso, así que casi mejor me quedo como estoy.

¿Te suena?; este es el pan nuestro de cada día de todos nosotros, lo que llamamos la zona de confort o zona cómoda. Hay personas que empiezan a trabajarla y descubren que un océano de posibilidades se extiende ante ellos y otras que, simplemente, ni tan siquiera se lo plantean.

Hablo del jovenzuelo que no da el primer paso por aquella chica y ella, harta de esperar, acepta la proposición de otro, de aquella llamada que hubieras querido hacer y a la que te resistes por miedo a la respuesta, hablo de afrontar el disgusto por la actuación de un amigo, un familiar o un colega de trabajo al que, por no ofender, no se lo contamos y hacemos que todo siga igual, del ejecutivo que, por razones parecidas, es incapaz de dar feedback a su colaborador, con lo que lo único que consigue es impedir su crecimiento…

Son muchas las oportunidades perdidas por quedarnos en esa zona de confort. Siempre había oído que hay que salir de ella, e incluso lo hice pero, tras algunas reflexiones, tomo consciencia de que, más que salir de ella, lo que hice fue ampliarla, es decir, conseguir un yo más grande, más valiente, más capaz de asumir mis propios retos y vencer mis miedos.

Cuando me resigno a vivir de determinada manera por miedo a las consecuencias que se pueden derivar de ello, estoy permitiendo que las circunstancias manejen mi vida y me impiden vivirla en función de mi potencial. No se trata de ser un insensato, lanzándose a cualquier cosa sin prever las consecuencias si no, más bien, de preverlas  y adoptar las medidas que te permitan afrontar las situaciones con una mínima seguridad. Que la negativa a una petición no te haga venir abajo, que hacer la sugerencia en el consejo, te permita sentirte seguro y auténtico, defendiendo aquello en lo que crees; que, en una palabra, seas Tu.

Esa zona de confort está íntimamente ligada con el apego, con el apego a las cosas materiales, al estatus, a un amor que quizás es más vasallaje que otra cosa, al Ego, al rol que representamos…a tantas y tantas cosas inútiles que, ni por asomo, nos aportan la plenitud que tanto buscamos, sea de forma consciente o inconsciente.

Desde estas líneas te reto a que empieces a hacer obras en tu interior y te permitas ampliar la Casa de tu Vida, ¿qué me dices a eso?

miércoles, 11 de enero de 2012

Buen viaje


Mis queridos Juan, Ana, Pedro, María, Santiago, Mónica, Sergio o Berta, os miro y pienso en el camino que os queda por recorrer, oigo vuestras quejas, sufro vuestros lamentos, siento los temores y sigo pensando que estoy en buenas manos, que la reacción ya ha empezado a tener lugar.

Veo en vuestros ojos, en el fondo de ellos, ese descontento cuna de la transformación que necesitamos. Cogéis las maleta y os vais a Alemania, Argentina, China o Brasil, con el pabellón bien alto, con el ánimo de la confianza y el poso de un coraje que no muy tarde os ha de permitir el regreso.

Veo en vosotros el futuro, el cambio, el crecimiento, el desarrollo que os devolverá de camino a casa, sembrando por esos mundos la alegría, la constancia, el coraje de quien se sabe válido y útil y reniega de la mediocridad, de la pereza, de la tiranía de la oscuridad y escoge la generosidad de la luz.

Quizás hoy os parezca una huida, pero no es más que un cambio en vuestra dirección postal, un hasta luego, una página marcada con el visado de un país cualquiera del que absorberéis su saber y en el que dejaréis también conocimiento, trabajo y riqueza.

Luchar por vuestro sueño que hoy pasa por abandonar ese apego material que aprenderéis a valorar en su justa medida, luchar por esos valores que queréis mantener y abanderar, luchar por esa Vida que queréis que sea y que será, por que así lo queréis. Gestionar ese miedo que empieza a anidar en vosotros, haceros amigos de él y reconocer cuando es vuestro guardián y cuando vuestro carcelero, cuando vela por vuestra seguridad real y cuando lo hace por impediros crecer.

Reíros de los agoreros, de los cenizos, de los aguafiestas, porque esta es vuestra fiesta, vuestra fiesta de la Vida, por la que nosotros ya pasamos y que hoy os espera a vosotros, nuevas generaciones.

Miro a mis hijos y veo en sus ojos disposición, arrojo, coraje, valentía, y quizás también una gotas de indignación sana, la que sale de la esencia de juventud, atenta a este mundo que sabrán construir y a los muros que deberán derribar. No será fácil, ni rápido, pero estoy convencido de que ese nuevo mundo anunciado por los Mayas, serán ellos quienes lo construirán; ¿en qué os podemos ayudar?

lunes, 9 de enero de 2012

Noche de Reyes perpetua


Día 5 de enero por la tarde, cualquiera de las ciudades del mundo. Es posible que un montón de preocupaciones estén presentes en cualquiera de las personas que están por la calle, ya sea del guardia, de la mamá que va con los dos niños, de la empresaria, del trabajador, del estudiante, del sin techo o del directivo, pero todas ellas parecen haber quedado, al menos por un tiempo, en la caja de la espera.

Ojos que bailan, esperanzas que se refuerzan, sueños que parecen tocarse. Mayores que miramos ilusionados las caritas de nuestros pequeños, pequeños que miran con admiración a sus mayores, algún sabio y otros muchos inocentes todavía, con una ilusión común: sus deseos cumplidos, para unos el anhelado viaje, para otros, aquella muñeca, para el de más allá, la documentación que le permita vivir en paz, el contrato de salvación, el juguete, la paz, volver a casa o ese puesto de trabajo.

Esta noche no hay nada imposible y, de hecho, en la mañana de Reyes tampoco. Una manta es suficiente, un abrazo nos desborda, quizás un simple beso colme nuestras ambiciones, o podría ser aquella sonrisa que tanto tiempo anduvimos buscando.

Unos días en los que todo es posible, en los que aunque parezca imposible, esperamos que aquello se cumpla, ponemos los medios, inventamos lo increíble, descubrimos lo recóndito, llegamos hasta los confines….de nuestra confianza y hacemos posible aquello que quizás pensamos que nunca lo fue.

Ahora supongamos mantener ese espíritu el resto del año, imaginemos no pensar jamás que esto o aquello es imposible, que encontraremos la forma de que sea realizable, que arrancaremos esa sonrisa o aquel abrazo, que conseguiremos aquel contrato, aquel trabajo o aquel cambio de vida que tanto habíamos ansiado, pero lo haremos desde esa ilusión de unos ojos desbordados, de una confianza en nosotros, desterrando el no puedo, no debo, no, no, no…

Cada día es el inicio del resto de nuestra Vida; podemos dejarla pasar o podemos iniciarla con la fuerza de quien se sabe vencedor de sus propias limitaciones, en cualquier faceta de las que nos quepa imaginar.

Tu puedes y yo puedo, ¿lo hacemos juntos?

miércoles, 4 de enero de 2012

Ayúdame a crecer


Todos me conocéis bien, así que me vais a permitir que no me identifique hasta el final de estas líneas ya que, por lo que os iré contando, es posible que enseguida lleguéis a vuestra propia conclusión.



Vivo en un lugar de ensueño y soy fruto del amor por la Vida. Convivo con muchas otras hermanas, unas recién nacidas, otras auténticos despojos de ellas mismas que no pudieron salir de nuestro país.



Han sido muchos los que nos han engendrado, algunos los que nos quisieron arrancar de este lugar que habitamos y unos pocos los que lo consiguieron. En ocasiones incluso, hubieron auténticas luchas por nuestra paternidad, unas honestas y otras no tanto y, cuando esto se producía, nos estiraban desde todos lados, pretendiendo cada cual nuestro amor filial incondicional, algo muy difícil de conseguir. Esas luchas nos iban desgastando y, algunas de nosotras, llegaron a morir cercenadas por la codicia.



Algunos de nuestros padres fueron perezosos en nuestra educación, nos impidieron crecer, fueron caprichosos o poco resolutivos y nos condenaron a vivir en el ostracismo de nuestra tierra, donde poco a poco nos íbamos apagando aunque, no creáis, algunas de mis hermanas fueron adoptadas y salieron adelante con notable éxito.



Algunos de esos padres, renegaron de nosotras, dicen que por no podernos llevar adelante por motivos económicos pero, curiosamente otros con menos recursos, consiguieron que un puñado de mis hermanas crecieran fuertes y robustas y procrearan más de nuestra especie.



Nosotras no podemos subsistir por nosotras mismas, pero siempre andamos en busca de seres generosos que, con esfuerzo e imaginación consigan que, desde que nacemos, podamos evolucionar, crecer y hacernos unas adultas responsables que, en la práctica totalidad de casos, tenemos vasta descendencia. Cuando no es así, acostumbramos a morir jóvenes, pero todo aquel que nos ha conocido, y habéis sido prácticamente todos, dicen que vale la pena haber estado con nosotras.



Nos alimentamos con algunas cosas muy básicas tales como la ilusión y la pasión cuando somos bebés recién nacidos, pero después va a hacernos falta pucheros de concreción, disciplina y renovar esa ilusión y pasión. No parece difícil pero vosotros, personas adultas, parece que no andáis sobrados de esos ingredientes.



Sí, es posible que ya hayas descubierto que soy una Idea, uno de esos seres tan numerosos que, desgraciadamente, dejáis morir en la cuneta de vuestros sueños.



Hoy he nacido, ¿te animas a hacerme crecer?

martes, 3 de enero de 2012

Estar presente


Ojo!, no hablo de estar de cuerpo presente, ya que eso es lo que hacemos cuando simplemente nos hayamos físicamente en un lugar y nuestra mente está a cientos de horas o de kilómetros de allí, o quizás ambas cosas a la vez. Algo así parece que ocurre con cierto tipo de personas cuando está acompañadas, haciendo cualquier actividad, en su puesto de trabajo,  sea este cual sea, o incluso con su familia,  en la que, simplemente, se limitan a hacer presentismo de cuerpo, que no de mente.

Hablo de estar 100% en el lugar, en el momento, percibiendo todos y cada uno de los matices en los que focalizo mi atención y que me permiten ser consciente de lo que ocurre aquí y ahora, el tiempo y el lugar que me permiten vivir. Ese es el momento en el que me encuentro en comunión con las personas con las que estoy, en las que un lazo invisible nos une para compartir esa vivencia, esa charla, ese momento, bueno o malo, alegre o triste, amenazador o ilusionante.

Curiosamente, es esa la relación que se produce en una buena sesión de Coaching. Todas mis voces interiores quedan en silencio, todas salvo las de la intuición que surge con fuerza de entre la bruma de la información emitida por mi cliente y que surge de él y para él. De repente, todos los estímulos ajenos a mi cliente desaparecen, todo pasa a formar parte de esa relación que comparo con la que tiene el AVATAR con su animal volador.

En este estado puedes percibir todos y cada uno de los elementos de la naturaleza en ese momento, todos y cada uno de los estímulos que se hacen presentes en el aquí y el ahora, excitando tus sentidos de un modo difícil de conseguir por otros medios. Hablo de estar presente, de acompañar al otro en ese impresionante camino hacia su interior.

Hoy estoy presente aquí, contigo, mientras escribo estas letras.

¿Estarás hoy presente mientras estás haciendo aquello que es importante, estar con tus amigos, compañeros o familia?, verás que el cambio es importante; no se trata de estar, si no de realmente estar con ellos.