lunes, 28 de febrero de 2011

El cuento de los tres cerditos y la Autoestima

El cuento de los tres cerditos y la autoestima

Seguro que recordáis el cuento de los tres cerditos y el lobo; aquel en el que los tres hermanos cerditos decidieron construirse cada uno una casa para estar a salvo del lobo; el primero la hizo de paja, el segundo de madera y el tercero de tochos.

Comparo la autoestima con la casa del cerdito que hizo su casa de paja: al menor contratiempo, se viene abajo, es decir, depende en exceso de que los estímulos externos sean positivos para que nos sintamos bien, de lo contrario, sus paredes se resquebrajan y aparece el desánimo y la frustración.

Todos y cada uno de nosotros somos brillantes, cada uno en lo suyo, pero debemos trabajar sobre ello para que realmente florezca, creernos que realmente lo somos para que nuestra fuerza surja y derrote al lobo del desánimo, que acecha tras cada uno de los reveses que nos depara el destino.

Son épocas idóneas para nuestro resurgir, para nuestra reinvención, si verdaderamente nos tenemos el suficiente aprecio y confianza y, para ello, nada mejor que fijarnos en aquellas virtudes que tenemos en nuestro interior y que nos hacen fuertes, los más fuertes, aunque podamos tener algunas carencias que, sin duda alguna, son contrapunto necesario a nuestro existir y que poco a poco iremos eliminando.

Hoy, desde estas líneas te lanzo un reto: durante una semana ten conciencia de todo aquello que te satisface de ti mismo, desde una sonrisa hasta la confección de un escrito, una petición sincera de perdón o, porque no, una buena tortilla o una decisión rápida; cualquier cosa sirve, porque todas ellas nos son necesarias para existir. Anótalas en una libreta y revísalas al acabar la semana, el próximo domingo.

Con lo anterior, la casa de paja empezará a cubrirse de hormigón, del hormigón de la autoestima que, por fuertes que sean los reveses, resistirá sus embates pasado un tiempo; recuerda que no puedes decidir lo que ocurre pero sí tienes las herramientas para decidir la actitud con la que te enfrentas a ellos.

¿Cómo serás cuando te aprecies en lo que vales?

viernes, 25 de febrero de 2011

Valores en la presentación de un libro

Ayer por la tarde, el vespret que dicen los Menorquines, se respiraba aire de fiesta en la librería Bertand de la Rambla de Catalunya de Barcelona. Algo extraordinario dentro de la normalidad iba a pasar, y es que Salvador de Tudela y Joan Clotet presentaban su libro, espero que su primer (y no último) libro.

La sala preparada a tal efecto por el librero, enseguida se reveló pequeña para el cariño que esta presentación había suscitado, y es que seguramente no conocía a sus autores, sus Valores y la transmisión de los mismos que hacen en su quehacer cotidiano.

Solo conozco a Salvador, pero viendo que se ha unido a Joan en esta aventura, le imagino a su altura personal. La verdad es que no he tenido tiempo de leer el libro y, por tanto, cualquier opinión al respecto, la guardo para un futuro post; hoy quería hablar de lo que se respiraba en aquella sala.

Estaban presentes valores muy importantes que no me atrevo a desvelar ya que son particulares de los que allí estábamos, individuales y colectivos. Gracias Salva por ese guiño a la vida, por esa sonrisa cómplice a Pepe y a lo que Pepe significa en una sociedad como la nuestra. Tal como decía, guardo el libro para la lectura deseada del fin de semana, tranquila y presente, pero si, como imagino, reflejan vuestros Valores, tus Valores, estoy seguro de que será una lectura plácida y nutritiva.

Nos hacen falta hombres de empresa que trabajen desde la esencia, desde la persona, sabiendo hacer, pero también sabiendo SER, por la propia empresa y sus accionistas, pero también por la propia Sociedad, falta hoy de una brújula que le marque un Norte que deviene difícil de ver en la bruma externa y que encontramos, cuando nos atrevemos a bajar, en nuestro propio interior.

Gracias a los dos por compartir vuestra experiencia en "Quien quiere a Pepe".

jueves, 24 de febrero de 2011

Una sonrisa

Han pasado ya casi tres semanas de aquello y aún no me puedo sacar de la cabeza las sensaciones experimentadas, tremendas todas ellas.

15 personas en los aledaños de Plaza de Cataluña de Barcelona, centro geográfico de la ciudad y torre de babel de etnias, idiomas y procedencias, nacimiento del Paseo de Gracia y de las Ramblas, auténticas arterias culturales.

15 personas repartiendo sonrisas y pidiendo sonrisas, 15 personas expandiéndose a sí mismas cruzando, algunas de ellas, sus límites de pudor y respeto (tremendas creencias limitantes en este caso).

Fueron muchas las escenas impactantes, desde una abuelita octogenaria dándole un buen abrazo a una de las amigas y dinamizadoras del acto, un niño de 7 años comportándose con la naturalidad y el desparpajo de los niños, un guardia urbano ensombreciendo el semáforo con su sonrisa o, por que no decirlo, algunos personajes que nos rehuían temerosos de Dios sabe qué.

Fueron, realmente, huellas a grabar en la memoria, pero hubieron dos de entre todas que se me grabaron a fuego:

La primera de ellas, fue una persona con fuerte acento francés que nos dijo, literalmente, “gracias por vuestra sonrisa, la necesitaba, llevo dos días realmente duros”. Solo por eso, ya hubiera valido la pena, pero el resto de vivencias también iluminaron, aquella mañana de domingo, la ciudad.

La segunda, la vi desde una distancia de unos 10 metros; una de mis compañeras y amigas, le había dado el papel con el smile sonriente y la chica bajaba por el Paseo de Gracia, con el papel en la mano, cogido bien fuerte y una sonrisa en la cara que hacía que los fusibles de los escaparates casi se fundieran a su paso.

Solo expandimos sonrisas, solo intentamos que aquella mañana de domingo fuera distinta, y de verdad que lo hicimos posible.

¿Me regalas una?

martes, 15 de febrero de 2011

De gurús y otros pelajes

Me debatía en la duda de si escribir este post o no y, al final, ganó mi espíritu de Coach: La autenticidad como uno de mis valores principales, a coste de casi lo que sea. ¿Qué me llevó a esta reflexión?, la falta de humildad, la prepotencia y la soberbia de las palabras escritas en un blog por uno de los “autodenominados” gurús.

Mi verdad no es más que una de las verdades posibles pero, en absoluto, LA VERDAD, es decir, mi percepción es una más de las perspectivas desde las que puedo ver un determinado elemento o suceso, pero soy consciente de que puede existir una más, o quizás 2.376 más y, posiblemente, muchas de ellas tan o más valiosas que la mía.

Me temo que cada vez más se confunde el popularismo con la erudición, y eso es algo muy peligroso, por el solo hecho de que creamos en ídolos dorados…con pies, ya no de barro si no de arenisca, susceptibles de ser derribados tras la menor de las ventiscas.

En mi vida personal y profesional he tenido la suerte de aprender de jóvenes y mayores, de Jefes, compañeros, amigos, colegas, enemigos, hijos, sobrinos….y al fin, de todos aquellos con los que me he relacionado. Cada vez tengo más claro que no hay persona en el mundo de la que no pueda aprender, e incluso aprehender…en cuanto me saque de encima mi pátina de soberbia limitante.

El tiempo me ha hecho llegar la brillantez del error, el tremendo aprendizaje que se esconde tras él, en ocasiones a costes elevados con profundas cicatrices, pero aprendizaje valioso.

Tan solo espero la generosidad de los que están conmigo si, algún día, caigo en la tentación de creerme algo más que los demás, porque todos somos brillantes en alguna área, quizás poco convencional, pero no por ello menos gratificante, ya que lo que para mi es veleidad, para otro es un principio básico que puede regir su destino.

Mi querido gurú, gracias por existir….porque, al fin y al cabo, tiene que haber de todo. Ying y Yang, tierra y aire, fuego y agua, cara y cruz.

domingo, 13 de febrero de 2011

Objetivos y dificultades


Somos así, nos marcamos objetivos y hacemos que sean ambiciosos y retadores, pero teniendo en cuenta que deben ser, también, realizables y medibles, si no, no tendrían objeto en sí mismos, si demasiado fáciles, porque no supondrían un aliciente para conseguirlos, si excesivamente ambiciosos, porque los consideraríamos un imposible.

Iniciamos el camino que imaginamos de mil maneras distintas, y empiezan las dificultades, grandes molinos, unas, profundas y escarpadas simas otras. Y ahí es donde aparece el coraje, la tenacidad y la valentía de ir a por nuestro objetivo que, por otro lado, no olvidemos que se distingue de nuestro sueño por el hecho de estar temporalizado, por pocas cosas más.

¿Cómo dices?...sí, así son nuestros sueños, ambiciosos, retadores…pero también realizables y medibles, ya que nuestra mente, en toda su plenitud, nos acompaña al rincón de nuestras ilusiones y nuestros retos.

Demasiadas veces consideramos, antes de tiempo, cuan imposibles son esos objetivos y esos sueños, ignorantes de que esas limitaciones autoimpuestas no son más que un cúmulo de creencias que nos limitan y que solo suponen eso: paradigmas fallidos de nuestras mentes timoratas y cobardes.

Tenemos la posibilidad de crecer, de expandirnos, de estirarnos hasta límites insospechados, como ese descubrimiento de nuestras fronteras, muy lejanas a las que un día supusimos y que vislumbramos modificables con una nueva conciencia que nos llevará todavía más allá.
 
Ahí está mi objetivo, mi sueño, y también los obstáculos que me invitarán a abandonar. Solo tengo que sacar mi coraje y usar las herramientas que encontraré a mi lado para sortearlos.

Tu puedes alcanzarlo, solo lo debes intentar.

sábado, 12 de febrero de 2011

¿Qué es esto del Coaching?

A nivel Ejecutivo podemos decir que este acompañamiento, personal o de Equipos, es una herramienta transformacional, lejos del esoterismo que algunos le quieren dar, pero muy cerca de cambios profundos que habrán de afectar a todas las facetas de nuestra vida y a todo nuestro entorno. No podemos olvidar que nuestras actuaciones impactan de forma importante en todos y todo aquello con lo que interactuamos, familia, pareja, hijos, profesores, alumnos, colaboradores, colegas, jefes, …

Existe, hoy por hoy, una gran confusión cuyas dudas no ayudan a despejar personas que llegan a este mundo de Coaches, tras haber leído un libro, realizado un curso de fin de semana o, incluso, ¡creerme!, tener un sueño premonitorio. Estas personas contribuyen a mantener esta confusión y a diluir la tremenda potencia de una herramienta, que ya ha contribuido al crecimiento de numerosas personas y relaciones (profesionales o de cualquier otro tipo). Un consejo, busca sus credenciales, la confianza en ellos de Organismos Internacionales que garantizan sus buenas prácticas.

Lejos de lo que puedas oír, en este Acompañamiento, al que una buena amiga gusta de llamar “la labor del Sherpa” que acompaña y queda en la sombra, no verás un juicio por parte del Coach, no encontrarás el consejo o la mentoría del experto si no, bien al contrario, el ir contigo, el acompañarte en la búsqueda de los caminos interiores, de los cuales, tu te responsabilizas. Es quien te anima a meterte en senderos que quizás solo te costaría, o desistirías sin más, quien hace ver en ti la magnificencia, el poderío, la fuerza que hay en cada uno de nosotros, alejándote de esas creencias que te limitan (no es el momento, no tengo dinero, ¿qué dirán de mi?, soy poca cosa, …)

Pero no es una navegación sin rumbo. En el inicio del proyecto, te acompañamos para que fijes TUS objetivos, profundizamos contigo en la búsqueda de tus valores más íntimos, auténtica brújula de nuestro comportamiento y nuestro éxito personal. A partir de ahí, queda mucho trabajo por hacer, y te garantizo que no es fácil; afloran emociones ocultas hasta el momento, surgen partes de ti desconocidas y poco gratificantes, como surgen aquellas facetas más inspiradoras. Es como una navegación a vela, donde habrá mar calma pero también mas brava, donde compañeros de viaje como los delfines también nos acompañarán, donde llegaremos a diversos puertos, luminosos unos, oscuros otros.

Llega el momento de descubrir todo tu potencial, ¿te atreves?; si es así, cuenta conmigo.

Os dejo un link que creo que puede ser muy gráfico sobre la utilidad del Coaching

Una idea simple y fácil del Coaching

viernes, 4 de febrero de 2011

BASTA YA DE LAMENTOS

Acabo de tener una charla telefónica con una buena amiga, a la par que cliente; una persona admirable por su fuerza y su visión empresarial; una de aquellas empresarias de PYME catalana, fabricante de consumibles para la industria.

Estaba orgullosa y no hay para menos; con la que está cayendo, con los lamentos, lloriqueos, desacreditaciones políticas de uno y otro pelaje y demás zarandajas, es un soplo de aire fresco. Hablamos de una Pyme catalana, española, europea (así, por ese orden, sin otro significado que el puramente geográfico), que ha hecho los deberes y ha cerrado un 2010 sin pérdidas, innovando en producto, innovando en mercados, innovando en gestión….y eso se nota en las cuentas de resultados.

A eso antes se le llamaba gallardía, aunque ahora supongo que ese es un término un tanto trasnochado, sí podríamos decir que estamos ante una miríada de pequeños-grandes empresarios, con ganas de que les dejen hacer las cosas, saliendo adelante pese a quien pese, reinventándose a diario.

Para eso hacen falta grandes dosis de valentía, capacidad de anticipación, pasión por el cliente, por la calidad, por la innovación práctica (ojo a perderse en grandes invenciones sin practicidad alguna) y, sobre todo, confianza en uno mismo y en el Equipo que dirige.

Soplan vientos de cambio, aunque aún haya quien no lo perciba, y eso quiere decir estirarse, expandirse hasta los confines de uno mismo para descubrir que puede ir aún más allá, que nada es imposible. Son personas las que están haciendo todo esto, posiblemente las mejores versiones de nosotros mismos consiguen resultados que la mediocridad no nos dejaría ver. Busquemos en nuestro interior y dejemos de lamentarnos por lo que pasa fuera; las soluciones están dentro, pero dentro de nosotros mismos.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Ruido interior

Mil ruidos distintos suenan en mi interior; en ocasiones, manteniéndome en un estado iracundo, dando vueltas una y otra vez sobre tal o cual cosa, emponzoñando mi sentir y tornándolo agrio y desabrido; en otras, haciendo caso omiso a Descartes (decía, poco antes de morir, que había sufrido por 10.000 cosas, 9.500 de las cuales, no habían ocurrido jamás), poniéndome en un estado de permanente angustia o desazón, sufriendo por si esto o por si lo otro, ….

Todo ello suena como una orquesta en el momento de afinar sus instrumentos: ruido y solo ruido, sin el menor atisbo de armonía.

Puntualmente, recuerdo asistir a la obra Mar i Cel de Dagoll Dagom, en un marco incomparable como el Auditori Nacional de Catalunya, donde todo era belleza y fluidez. El problema surgió en una parte de la obra en la que, esos ruidos internos, empezaron a surgir de entre la música, recordándome la delicada situación que atravesaba la empresa y que incidió, directamente, en que perdiera una buena parte de esos compases de la música que emborrachaba de puro placer los sentidos.

Veo como un gran problema de la sociedad actual la poca conexión con nosotros mismos y, especialmente, con el aquí y el ahora, único espacio temporal que nos mantiene con vida. Nos pasamos el tiempo rememorando vivencias pasadas, antiguos éxitos, viejas heridas, posibles escenarios futuros, halagüeños unos, apocalípticos otros, sin prestar la atención que se merece al momento actual.

Ruido, solo ruido.

Comemos sin paladear la comida, pensando en lo bien que nos sentiremos cuando obtengamos esto o aquello, paseamos mirando sin ver, perdiéndonos todos esos matices que configuran nuestro camino, tan preocupados como estamos de lo que nos ocurrió antaño; mantenemos conversaciones en las que la escucha, simplemente, no existe, en las que oímos más nuestros ruidos interiores que el mensaje emanado desde la otra persona.

Propongo un simple ejercicio: disfrutemos de una ducha bien caliente, acallemos nuestras voces y ruidos concentrándonos en los cinco sentidos. Notemos el agua cálida en nuestra piel, oigamos su sonido, percibamos como las gotas de agua golpean cada parte de nuestro cuerpo, seamos conscientes incluso, de esa sensación de bienestar; en una palabra, estemos presentes y anotemos después las sensaciones percibidas.

Habremos obtenido una fuerte vivencia del aquí y el ahora, sin vivir nada más que ese agua en nuestra cuerpo; Este momento será irrepetible como irrepetible es que un río sea el mismo cuando fluye, ¿vivimos ahora o lo dejamos para otro rato?