miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿Protagonista o espectador?


Ahí tienes la gran tentación, dejarte ir, la culpa es del otro, SIEMPRE es del otro, así me refugio en mi estatus de víctima, puedo quejarme tanto como quiera y eludir mis responsabilidades, ya que no hay nada que yo pueda hacer. Siempre hay alguien o algo que me impide hacer aquello que realmente querría; simplemente es injusto pero es así.

¡Y un cuerno!, deja ya te victimizar tu vida, tu eres el único responsable de las respuestas que das a aquello que ocurre; tu eres esa persona maravillosa, plena, llegada a este mundo con un sentido que quizás aún tengas que encontrar, pero con una miríada de aportaciones que realizar a este mundo, a esta sociedad, a esos círculos con los que interactúas.

Nos cuenta Víctor Frankl en El hombre en busca de sentido que, a sus pacientes, les preguntaba, cuando llegaban tristes a su consulta, por qué no se suicidaban y, de ahí, extraía aquellos flecos que aún les unían a la Vida, ese sentido que todavía les mantenía con un hilo de esperanza y, trabajando desde él, iba construyendo los cimientos de lo que podía ser su nueva vida.

Podemos sentarnos en ese túnel oscuro y silencioso a esperar a que ocurran las cosas, o tomar las riendas de nuestras decisiones, actuar sobre aquello sobre lo que podemos influir y luchar por nuestro sentido de la Vida. No hay imposibles si nosotros pensamos que esto o aquello es realizable, quizás no lo sea de un modo, pero seguro que lo es de otro.

Volvamos a nuestra esencia, a nuestro niño interior, aquel en el que no habían miedos, prejuicios o etiquetas. En uno de los post que escribí, hablaba de un grupo de niños y niñas que iban por la calle cogidos de la mano, personas con la confianza en quien tenían a su lado, personas de las culturas más diversas, de las religiones más dispares, unidas bajo su tierra de acogida, porque aún no se habían rendido al victimismo ni a la desesperanza.

La salida esté en tus manos pero, nuevamente, no es ni rápido, ni fácil ni está exento de sacrificio ni dolor, pero recuerda que en el camino también hay esperanza, color, aire fresco y renovación.

Tu decides si espectador o protagonista, sí víctima o renovador.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Renaciendo desde el dolor


Cuando se pierde el trabajo, uno se siente desvalido, asustado, inseguro incluso, pero quería contaros la experiencia desde el acompañamiento a algunas personas que atravesaban esta parte de su camino. Las sensaciones que os apuntaba, han sido un denominador común, junto con la sensación de injusticia, de mala suerte o de indignación, pero también han sido experiencias en extremo enriquecedoras.

Os sugiero ver una película The company men, la cual vi ayer y me inspiró las líneas que ahora estáis leyendo. Nuevamente, es una caricatura, pero expresa todos los pasos por los que atraviesa una persona al perder su trabajo, desde el duelo y la negación, hasta la aceptación, la reinvención, la pérdida de la soberbia y el descubrimiento de uno mismo y de sus auténticos valores.

Uno de los casos que he vivido, ha sido el de una persona que estuvo cerca de un año y medio sin trabajo. En este tiempo, prácticamente no hubo mes en que no tuviera una entrevista, en que se abriera una ventana o un pequeño ventanuco pero, todo y así, su autoestima estaba en horas bajas. Poco a poco, fue descubriendo sus limitaciones, fue trabajándolas hasta desarmarlas y empezó a renacer en ella misma, desde sus propias cenizas, aunque con unos valores sólidos como cimientos, propios de una persona en la que se ve un intenso trabajo interior. Hoy ve la vida de otro modo y sus prioridades han cambiado.

En otro de ellos, también atravesando circunstancias difíciles, bajó hasta su esencia, rebuscó en ella misma hasta que se encontró y fue capaz de subir, desde el propio infierno hasta una vida plena, en la que nuevamente los valores han tomado el lugar que antes ocupaba un personaje hedonista, tan solo preocupado por la imagen exterior y por la diversión. Hoy tiene un nuevo proyecto profesional entre manos, ha recuperado a esa familia de la que en su día renegó y su brújula le dirige hacia esa vida plena por la que tanto está luchando.

En el último de los casos, os presento a quien todo su mundo se le desmoronó por causas diversas, donde tuvo que reordenar sus valores, buscar la fuerza en su interior y darse cuenta de que, aquello que pensó en su día imposible, no solo se hizo realidad si no que le permitió un tipo de vida completamente distinta  a la que había llevado hasta ahora.

Estas son historias reales, de personas con nombres y apellidos, aunque es muy posible que cualquiera de nosotros se pudiera sentir identificado con ellas. Como es lógico, están desdibujadas, pero permanecen los hechos esenciales. La adversidad nos ayuda a crecer, aunque en ocasiones pueda parecer una falacia.

Cree en ti mismo, transforma tu realidad y todo a tu alrededor conspirará para el cambio. No es una promesa, es una realidad ya vivida, una profecía autocumplida.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Grandiosa pequeñez


Hace unos minutos iba paseando por la calle y, cerca de mi casa, en una placita cercana y muy acogedora, me he sentado en un banco para disfrutar de la vista que me ofrecía la cotidianeidad: una niña de unos dos años iba curioseando entre los bancos, se caía y se volvía a levantar para volverse a caer y vuelta a empezar.

Su madre, una chica joven de unos veintipocos años, la observaba desde una distancia prudencial, sin que la niña apenas la percibiera, sin agobiarla pero estando pendiente de lo que ocurría.

En esto he visto un aprendizaje interesante, y es que la niña se mostraba tremendamente curiosa con todo, con la papelera, con un escaparate, con los bancos, con un perro pequeñito que estaba con una señora mayor que sonreía ante la desfachatez de la criatura….absolutamente todo llamaba su atención, sin que hubiera el menor atisbo de miedo.

Esa niña estaba descubriendo el mundo y su madre le permitía hacerlo, con lo que no había miedos ni sobreprotección, aunque sí límites, ya que en un momento dado, cuando se acercaba peligrosamente a la calzada, la madre la ha apartado de la zona de peligro. Le ha permitido caerse un sinnúmero de veces mientras la niña caía y se giraba para mirar a su madre, para ver si estaba ahí, dándole confianza.

Es el maravilloso mundo infantil, el mundo en el que todo está por descubrir, el mundo en el que aún no existen apenas creencias que nos limiten, donde existen hechos mágicos, como la noche del 5 de enero, como unos padres que nos guardan de todo mal, donde un plato de postre es un volante, o una nave espacial, o quizás una pista de atletismo, o….lo que su imaginación sea capaz de crear.

Imaginemos como sería nuestra realidad si pensáramos que todo es posible, sin esas creencias que nos limitan, si cada caída fuera considerada como un tropiezo sin importancia y no como un fracaso, si el valor, más que el miedo estuviera presente en cada momento, si nuestros ojos se iluminaran como lo hacían los de esa criatura cuando ha visto llegar a su padre y abrir los brazos para acogerla en ellos.

Eso es posible, no hay más que conectar con nuestro niño interior, ¿me acompañas a buscarlo?

martes, 20 de diciembre de 2011

¡Seré excepcional!

Hola de nuevo, ya sabéis que todo lo que se lee en este blog es original pero, en el post de hoy, quiero hacer una excepción y publicar algo que me llega de un buen amigo y que comparto, como podréis ver, al 100% ya que es mi esencia: la esperanza y la visión de ¿qué es bueno o malo?. Ahí va, espero que os guste tanto como me ha gustado a mi.

Sí, llevo mucho tiempo esperando este turno para encontrarme contigo,

ya se acerca el  momento.

Aunque falta poco para que llegue, aún no existo

¡Tú me vas a crear!

Me darás vida con tus proyectos, tus pensamientos, tus palabras, tus sentimientos,

pero sobre todo con tus acciones. 

 

Me llamo" 2012" aunque todos me conocen con el  poco original nombre de

"el año que entra".

 

Hasta hoy, no tengo forma, no soy un año increíble, pero tampoco horrible, no soy brillante ni opaco...

 ¿Cómo quieres que sea? 

 

Pronto usarás esa agenda que lleva mi nombre y,

deseo que me concedas un privilegio.

 

Sólo uno..............

Quiero que me hagas

EL MEJOR AÑO DE TU VIDA. 

A ver, ¿cuál de tus otros años  te había pedido esto?

 

Te apuesto que NINGUNO...

 

 Yo sí vengo y me planto con mis cuatro números frente a ti, porque quiero ser el año en que te atrevas a hacer más cosas; el año en que pienses y actúes más en grande,

en que compartas tus talentos y capacidades con mayor generosidad; el año

en que tu mente, corazón y cuerpo produzcan mejores cosas, en una forma

honesta para tu beneficio y el de los que te rodean.

 

El año en que más cariño y

atención brindes a los tuyos.

El año en que asumas tus Dones.

El año en que más te ames

Que el despertar y tu nueva conciencia llegue a todos los que están cerca de Ti.

 

HOY me uno a las celebraciones para despedir al 2011

"Ya se va" .  Sus altas y bajas se van con él... Ahora me toca a mí...

 

POR FAVOR!!!!!!!!

Disfrútame úsame al máximo,

lléname de experiencias,  diviértete mientras estamos juntos, 

quiero irme con el siguiente diciembre agotado, pero lleno de cosas

BUENAS y con el privilegio de haber sido el mejor de TODOS...

 

Habré logrado mi propósito:

¡VIVIRÉ para siempre en ti, porque no podrás olvidar lo

increíble que fue nuestro tiempo juntos y al terminar las campanas que

anuncian mi llegada, acuérdate de mí, respira profundo

y... ¡adelante!

 

 Con mucha ilusión espera este Año, que sea de verdad con

TODOS tus anhelos,  un maravilloso 2012!!!!!!  Con todo mi

CORAZÓN Y CARIÑO....  

Firma: 2012

lunes, 19 de diciembre de 2011

Gracias hijo


Un día me sentí el hombre más feliz del mundo, me sentí tu, pude meterme en tu piel, en tus emociones, en tus sentimientos, en tus sufrimientos de niño que veía con ojos profundos ese desencanto en la Vida.

Han pasado muchos años, hoy no es que peines canas pero sí que te sientas en un aula universitaria, trabajas y muestras el aplomo de quien ha forjado bien su adolescencia y su primera juventud. Lejos quedan aquellas lágrimas que inundaban unos ojos tristes y asombrados de que la Vida pudiera ser tan cruel contigo…o esa era la impresión que tenías.

Ponerme en tu piel me permitió sentir tu dolor, tu desencanto, tu zozobra infantil. Pudimos compartir esa emoción y hacer que esos lazos, ya fuertes, se tornaran indisolubles, mucho más allá del tiempo y las circunstancias. Acompañarte en tu camino fue el mejor de los caminos y, en el hubieron lágrimas y carcajadas, reflexiones y locuras, travesuras y actos responsables.

Ya no me asombra cuando eres tu el que me lleva a la reflexión, quien me da ese sabio consejo de la juventud atrevida, quien me hace ese guiño de Vida que pugna por ser y que será. Hoy haces que me sorprenda contemplando un río de posibilidades que hasta hace poco se me antojaban poco menos que imposibles.

Hay quien dice que cualquier tiempo pasado fue mejor y, viéndote a ti, no puedo menos que pensar que el hoy es lo mejor que he vivido hasta ahora y que lo mejor aún está por llegar.

Te miro y veo un joven adorable, con todas las dudas que se suscitan en quien busca una Vida con sentido. Veo esto y pienso en un futuro lleno de esperanza, lleno de personas que buscan y encuentran, se pierden y vuelven a buscar, y vuelven a encontrar, caen y se levantan, conscientes de que el sacrificio obtiene su compensación.

Esta carta es para ti, hijo mío, a todos los hijos del mundo que nos han enseñado a Ser, a los que queremos de forma incondicional.

Gracias por venir, jamás un padre llegó a suponer que serlo daría tan increíble riqueza.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Efecto Rosenthal en mi Equipo


Fue hace muchos años cuando se hizo un curioso experimento a partir del cual se concluyó que, cuando se confía en las personas a las que lideramos, estas rinden muy por encima de lo que, en otros casos, lo hubieran  hecho. Hablamos, poco más o menos de finales de los 60, en concreto de 1968 y fueron Robert Rosenthal y Lenore Jacobson.

El experimento demostraba que cuando un grupo de alumnos normales y escogidos al azar, eran vistos por su maestro como alumnos sobresalientes, su actitud hacia ellos modificaba notablemente su rendimiento tornándolo excelente, ya que su expectativa  y la forma en que se habían relacionado con dichos alumnos, lo había facilitado, o sea, “estimulado”.

Lo más habitual, en cualquier tipo de Organización, es encontrar a personas normales que, bajo un tipo de liderazgo se desarrolla de forma poco brillante y, por el contrario, bajo otras circunstancias, consigue resultados que, a priori, podríamos decir que están al alcance de muy pocos.

Francamente, creo que la diferencia está en que la persona que lidera el Equipo, tenga plena confianza en ellos, crea en ellos y, de algún modo, sienta Amor por ellos, por la labor que realizan y por lo que representan, no solo para la organización, si no para el entorno en que se desenvuelven.

La confianza en las personas a las que lideramos deviene en factor fundamental para el éxito del Equipo. Tal como demostraron Rosenthal y Jacobson o como a diario lo hacen decenas de empresas, es posible conseguir imposibles con gente corriente, pero para ello debemos estar dispuestos a eliminar prejuicios, creencias limitantes y confiar ciegamente en las potencialidades de los miembros a los que tenemos el privilegio de servir como líder.

No te conformes con ver en tu Equipo menos que la excelencia, porque ésta está dentro de ellos, esperando que alguien les acompañe en su búsqueda. No esperes nada inferior al potencial del Equipo, rechaza temores, ensalza feedback generoso y real y colabora en su crecimiento, el éxito, está garantizado.

¿Te atreves a confiar aún y en la incertidumbre?

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Pregunta o consejo?


¿Cuántas veces nos piden un consejo?, ¿Cuántas lo damos sin ser pedido?, por aquello de “permíteme que te diga que yo en tu caso….”, y aquí es donde vamos de salvadores, donde ofrecemos nuestro pescado al hambriento y le condenamos a la dependencia de otros que saben más, tienen más experiencia, son más sabios, …. No debemos olvidar que nuestro consejo está lastrado por nuestras circunstancias.

Cuando a mis colaboradores les daba aquellos sabios consejos (al menos eso pensaba entonces, ahora los cuestiono…¡y no poco!), esperaba que los siguieran y que además me informaran. Luego pude comprobar como muchos de esos consejos, iban contra sus principios, contra sus valores y les impedían crecer a ellos y a la Organización.

Desde estas líneas os propongo utilizar la técnica del Líder Coach, para lo cual no es necesario ser Coach o haberse formado para ello, pero sí utilizar algunas de las herramientas que nosotros utilizamos a diario en nuestra práctica profesional. Es algo tremendamente novedoso, aunque solo si consideramos la aparición del hombre en la tierra, puesto que ya era una técnica utilizada por Sócrates en 450 a.c.: La Mayéutica, también llamada el arte de la Partera.

En lugar de ofrecer la solución al colaborador, propongo que le acompañemos en su camino, en base a preguntas, pero no preguntas cualquiera si no preguntas potentes, es decir, preguntas que lleven a la reflexión, que tengan una variedad de respuestas y permitan esa indagación en el interior de cada cual. Así, cuando nos dicen ¿Cómo puedo motivar a Anita?, en lugar de decirle que le de un día de fiesta, quizás sea más efectivo arrancar con algo como ¿cuáles son las pasiones de Ana?, ¿cuáles son sus necesidades, cuales sus circunstancias, sus problemas y sus anhelos? Y una vez hecha la indagación, ¿cómo crees entonces que podrías ayudarla?.

Cuando esa persona aprenda la técnica de la pregunta potente y de la escucha activa, de la cual ya hemos hablado en alguna otra ocasión, podremos ver un crecimiento exponencial en el liderazgo de los equipos a los que acompañe.

No digo que sea rápido ni fácil, pero los resultados pueden ser espectaculares y te ayudarán a convertirte en ese Líder Coach del que posiblemente hayas oído hablar. ¿Te acompaño?

lunes, 12 de diciembre de 2011

Transformación


Estoy participando en el acompañamiento en procesos de transformación a diferentes personas, incluso mi propia transformación ya que, cuando creo que ha acabado, descubro nuevos caminos, con lo que es el propio camino el que se convierte en mi objetivo más que el objetivo en sí mismo.

En un principio, vemos desde nuestro interior algo que quiere cambiar, simplemente cambiar y, conforme vamos profundizando, percibimos que el solo cambio no es suficiente ya que nos deja en la epidermis, en la superficie de lo que queremos transmutar y ahí es donde nos damos cuenta de que el camino será largo y apasionante.

Vamos avanzando y saliendo de nuestra zona cómoda, lo desconocido acostumbra a causarnos vértigo, incomodidad y desasosiego y son muchas las ocasiones en las que pensamos en quedarnos como estamos. La decisión es nuestra, solo nuestra y tan lícito es seguir adelante como pararnos y abortar el proyecto; nadie tiene el derecho a juzgar que está bien o que está mal.

Hay momentos en los que notas que algo dentro de ti se abre como si fuera carne viva, dejándote exhausto y casi vencido pero, en ese momento, descubres la grandeza en lo que acaba de ocurrir: la transformación se ha producido y lo que había al otro lado de la puerta, no era tan terrible como lo habíamos imaginado. Una vez más, o quizás por vez primera, sales victorioso de lo que presumías un imposible.

El camino es ahora una bajada que parece sencilla, pero una nueva sima aparece ante ti reavivando sentimientos ocultos, temores y vértigos reaparecen con fuerte virulencia dándonos la impresión de que esta vez no seremos capaces de sortearlos. Nuestro cuerpo se revela, nuestra mente parece darse por vencida pero, en ese punto, es cuando sale lo mejor de nosotros, la grandeza que todos y cada uno llevamos dentro para sacarnos de ahí, para vencer una vez más aquello que un día consideramos invencible.

Sí, el camino de la transformación no es fácil, ni rápido, ni agradable en muchas ocasiones, pero el propio camino es aprendizaje puro que nos lleva a nuestra mejor versión, mostrándonos la parte más valiente y brillante de nuestro potencial que está ahí para que lo saquemos. Lo notarás, hay una especie de interruptor que se activará cuando sea el momento.

¿Hacemos juntos el camino?

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El nuevo día


Es pronto….o tarde, depende de cómo lo miremos, las 06,00 h, una parte de la ciudad se va a dormir ahora, quizás la más canalla o quizás la que cuida de nosotros en la noche; la otra parte, empieza a desperezarse y, de ese bostezo, surge una miríada de oportunidades para el día que tenemos ante nosotros.

Una gran parte de mi cuerpo ha estado en el descanso y otra, haciendo sus funciones de reparación, fijando recuerdos, eliminando vivencias, fabricando unas sustancias y drenando otras. Curiosa simbiosis la que se produce en un mismo sistema, ya sea la ciudad, nuestro cuerpo o el mismo mundo, demostrando la necesidad de existencia de diversidad, por más que nos empeñemos en negarla.

El mundo se extiende en toda su profundidad ante nuestros ojos: tenemos la oportunidad de un nuevo día por delante, y solo de nosotros depende el uso que le demos, si de lamento o de oportunidad, si de odios y tristezas o de aprendizajes, crecimiento y ¿por qué no?, alegrías, por estar vivo, por haber nacido, por haber impactado en otros y porque otros lo hayan hecho en mí, por un nuevo gracias y un nuevo perdón, por prestar un apoyo y por recibir una sonrisa a cambio.

Es como si fuera una cuenta bancaria, que al inicio de la jornada, es dotada con 1.440 minutos pero, a diferencia de esta, al llegar al final del día, aquellos minutos que no haya aprovechado, no quedarán en el haber si no que desaparecerán con él, como si jamás hubieran existido.

Hoy puedo hacer que, como decía Amaia Montero y la Oreja de Van Gogh, sea el día menos pensado y por fin me atreva con esto o con aquello, o quizás con lo de más allá, todo retos que hasta hora no se han cumplido por un montón de excusas que no llegan a la categoría de motivos. Puedo dejar que este día se vuelva a escapar o puedo decidir aprovecharlo por fin, por mi y por mis ideales, por mi Vida con mayúsculas.

Decido aprovecharlo y nunca más dejarlo escapar; ¡hoy haré que sea el día menos pensado!

lunes, 5 de diciembre de 2011

Liderando desde el interior


Me entrevistaba con un Directivo que, desde el minuto cero, captó toda mi atención y me inspiró la máxima confianza y admiración. La impresión que me dio fue la de una persona sencilla, íntegra, conocedora de sus fronteras personales, de sus miedos, de sus anhelos, de sus habilidades y limitaciones.

Profundizamos en diferentes aspectos y no temía desconocer esta o aquella parte, mostrándose curioso en grado sumo cuando así era. Mostraba lo que otros podían considerar vulnerabilidad y que para mi era auténtica grandeza; no mostraba apego pero sí seguridad cuando argumentaba, pudiendo debatir desde esa curiosidad, desde la apertura de mente.

Esto ocurrió hace ya algunos años y fue la persona más apreciada del escalafón directivo que he conocido nunca, jamás oí a nadie decir una palabra en su contra, aún y cuando pudieran no estar de acuerdo en sus planteamientos o decisiones.

¿Qué había en el de diferente?, era un hombre curtido, de unos 60 años en aquel momento, amante apasionado de su profesión, pero también del resto de parcelas de su vida, atento oyente, enamorado del Equipo que, según sus propias palabras, le había tocado en suerte servir, ya que no concebía el liderazgo como mando si no como servicio.

Muchas veces he pensado en él y la conclusión a la que llego es que era un hombre profundamente trabajado interiormente, un hombre que sabía perfectamente sus puntos fuerte y sus áreas de mejora, pero no solo los racionales y cognitivos, si no también los emocionales; sabía empatizar de verdad con las personas con las que se relacionaba, pero no solo poniéndose en sus zapatos, como es dado en decir, si no metiéndose en su piel para sentir como ellas, para sufrir como ellas y para gozar como ellas para después tomar distancia y decidir o acompañar, según su entender,  algo que le permitía liderar los Equipos de una forma harto diferente y efectiva.

Ese ejemplo está en todos nosotros, en nuestra esencia pero, para ello, hay mucho trabajo por hacer, mucho aprendizaje que conseguir aunque, a diferencia del pasado, gran parte del mismo está en nuestro interior. El camino no es ni fácil ni rápido ni exento de sufrimiento, pero nos conduce a un tipo de liderazgo que hace que todo en tu vida fluya, ¿te apetece iniciar ese camino hacia tu interior?

PD: Ese directivo es real, hoy está jubilado y se adelantó, en mucho, a su tiempo

jueves, 1 de diciembre de 2011

2º año. Llegada a puerto


Hoy hace un año escribía un post que hablaba de mi llegada a puerto un año después de la salida a mar abierta. En esta ocasión, es el segundo el que ha pasado, con una mar considerablemente más embravecida y que me ha permitido constatar que, contra más camino recorro, más apasionante me parece vivir la Vida que he elegido conscientemente vivir.

Han habido muchas personas importantes este año, entre ellas, ¡como no!, mi familia nuclear, auténtico soporte vital, mi hermano, que una vez reencontrado, abandonó su cuerpo para iniciar el tránsito allá donde las ánimas generosas vayan y que siempre estará al lado de su inseparable Paqui, los compañeros catalizadores; Paco, Carlos, Susana, Jordi, Carina, Vío, Ricardo…. Un montón de personas que me han permitido compartir intensas vivencias.

A medio camino, hacia el mes de mayo, aparecía en el horizonte la construcción de un nuevo barco, un barco preñado de ilusión, pasión, determinación e ideales: CATALIZA, un barco que construimos entre un puñado de soñadores que nos demostramos a nosotros mismos, como lo imposible no es tal y como pueden hacerse cosas grandes con el capital de la ilusión y el crédito de la confianza. Hoy mi pequeño bote está en el interior de, como diría Serrat, ese manojo de sueños.

Apareció también una carta de Navegación: RE-CONOCETE, una carta que nos permite acompañar en su camino, a algunas personas que nos conceden el privilegio de estar con ellos explorando la más compleja de las travesías: la que lleva a nuestro interior.

Estoy en el camino de aprender, de aprender a pedir ayuda, de dejarme brillar, de ser tan grande como quiera ser, de aceptar lo que viene y de gestionar la respuesta que le doy, de saber que mi verdad es solo una parte de ella.

He aprendido que el aprendizaje no acaba nunca y que lo importante, más que el destino, es la propia ruta, sus recodos, sus islotes y sus orillas y, sobre todo, las personas con quien compartes ese trecho de Vida, esos renglones del libro que un día darás por terminado.

¿Qué es bueno o qué es malo?, este año he podido ver como acontecimientos que pensé que solo traerían pesares, han sido auténticas perlas así que decido estar abierto y con la mentalidad del aprendiz, ¿te unes a este apasionante camino de descubrimiento en tu nuevo año?