sábado, 9 de abril de 2011

El Coach


Sigue sorprendiéndome cuando clientes actuales o futuros, ya sean particulares o empresas, comentan la pasión que se desprende de las palabras de un Coach cuando hablamos de nuestra profesión, de nuestro oficio, y eso viene dado por que hay fuego en ella, por que no es que ejerzamos un trabajo, si no que somos Coaches, vivimos como tales, al menos, una gran mayoría

Es bien cierto que antes de ejercer, nos dedicamos a trabajarnos nosotros mismos, incluso que muchos de nosotros hemos hecho procesos de ruptura, aprendizaje y reinvención, sacando una buena cantidad de chatarra, de “armadura oxidada”, como la del caballero.

Hacemos lo que creemos, de una forma firme y contundente, por el bien de nuestro cliente y por el bien de la sociedad en la que el mismo impacta, tal y como hemos hecho anteriormente con nosotros mismos.

Una sesión de Coaching es una sesión de descubrimiento por parte del cliente, de toma de conciencia, de reflexión, de movimiento hacia el objetivo fijado, de expansión de dentro hacia fuera, porque el cambio personal solo tiene el picaporte por dentro, algo que el propio individuo descubre cuando se sabe pleno y lleno de recursos que hasta entonces desconocía.

Somos meros acompañantes de un camino en ocasiones oscuro y en ocasiones lleno de luz, pero con la certeza del brillo de la persona con la que estamos en el camino, máximos seguidores de su grandeza, aún y cuando ella todavía no la vea

Eres grande y lo sabrás, sólo déjame acompañarte en tu descubrimiento

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