Un miércoles lluvioso, gris,
taciturno incluso, sentados en las butacas de una sala de cine con una entrada
de ¾, no está mal para un día entre semana, al que le sigue un día de trabajo.
Ya el inicio de la película
promete acción….pero no deviene la acción en el tipo que yo imaginaba de
persecuciones accidentadas y coches volando por los aires si no, en emociones
volando por los aires, con una fina ironía, con un canto a la vida a través de
ella misma, con un renacer de sus dos protagonistas.
Una película que me hizo reír
hasta llorar y que me hizo llorar la emoción de reconocer sentimientos que vi
propios, algunos escondidos en repliegues del inconsciente que no quería
despertar, y que por fin lo hicieron.
Grandeza, generosidad y, en una
palabra, amor sin más, con destellos de brutal comicidad en la que vemos como
cada cual se ríe de sí mismo porque lo importante es la Vida, venciendo miedos,
superando límites profundos, arraigados en partes del ser que el propio actor
desconoce, ¿o quizás era yo mismo el que los desconocía y estaban en mí?
Papeles secundarios que, lejos de
serlo, adquieren un gran protagonismo, como lo adquieren los dos extremos de la
sociedad que aparecen reflejados, todos ellos con emociones, pasiones,
sentimientos, buscando vencer el propio rol para emerger el ser que hay dentro
de ellos.
Nos encontramos con un pozo de
dolor vencido en base a una actitud positiva, rupturista y generosa, dando por
el simple placer de dar, recibiendo a cambio lo que jamás hubieran imaginado recibir,
ignorantes de su derecho a la dignidad, al humor, al amor y, en una palabra, a
la propia Vida.
Gran película, sí señor!! Esta, junto a "Katmandú" y "El exótico hotel Marigold", son las mejores que he visto en mucho tiempo... Valores, sentimientos, emociones... :)
ResponderEliminarMuy buenas Cris, efectivamente, hacía tiempo que no disfrutaba de un manjar como este, con ingredientes tan suculentos.
ResponderEliminarUn abrazo grande