domingo, 28 de noviembre de 2010

Resurgir

Como aprendices de Brujo, cual gnomos de mitología cántabra, Trastolillos danzando al son de las Anjanas buscan la esencia de un ser, de una humanidad que un día fue y que, sin duda, volverá a ser.

Momento de zozobra, momento también de reinvención, de quiebre al no ser, de rebelión a la sinrazón, momento de crecimiento y momento de muerte de unos contravalores que jamás debieron ser y que un hedonismo sin medida, hizo aparecer.

Danzan los Trastolillos, mecidos por una música de Vida, diversión y travesura, buscan pasión y encuentran luz, fuego y transformación. Naturaleza que crea y naturaleza que destruye, desafiando agoreros que tan solo veían destrucción donde había una semilla de esperanza y crecimiento.

Y he ahí la necesidad de la oscuridad para que, aunque tenue, resurja la luz, tal como es necesario lavar la herida para encontrar la piel nueva, sana, fuerte y dispuesta a que todos podamos volver a caminar con coherencia, con humildad y, especialmente, con ilusión, una ilusión de reencuentro de valores.

Veo la fuerza del encuentro con uno mismo, sin guirnaldas ni adornos carnavalescos, enfrentándose con sus miserias y sus riquezas, sus zonas claras y oscuras, dejando los retales de sedas de viscosa colgados en la entrada de su yo, para entrar y explorar, y redescubrir, y renacer.

Y veo salir, con fuerza renovada, con la sencillez de quien sabe que es y será y que, lo que fue, fue con falsos cimientos y débiles raíces, condenado a su propio fin. Ese traspiés, en su día retroceso, se torna fuente de inspiración; siempre hay un camino que tomar, a veces oculto por nosotros mismos o nuestros miedos, quizás serpenteante y escarpado, quizás estrecho, pero camino al fin.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Coaching como herramienta práctica

Ayer dábamos una charla con otro Coach en Barcelona y volvía a sorprenderme ver la practicidad de la herramienta, especialmente cuando he recibido el correo de un antiguo cliente, en el que me habla de sus evoluciones sobre los aspectos que estuvimos trabajando en su día.

Resulta gratificante comprobar como las personas somos capaces de evolucionar a poco que nos lo propongamos con ganas (con Ganas, ganas, como reza el título del libro del profesor Santiago Álvarez de Mon), no obstante, tiene que existir ese firme propósito de evolución, no valen medias tintas, debemos estar al 100% Cliente y Coach para obtener los mejores resultados. No acudas a un Coach si no tienes el firme propósito de ser removido e incitado a hacer aquello que quieres hacer y explorar aquello que quieres descubrir en ti, malgastarás tus energías.

Es así como voy viendo el impacto que el Coaching tiene en las personas y en la sociedad, no como algo esotérico si no como algo muy vivencial, real y práctico. Somos nosotros mismos, los sujetos que participamos como cliente en un proceso de Coaching, los que hacemos el trabajo, pero hay al lado una persona que nos acompaña más que guiarnos, está ahí para sostenernos si desfallecemos, para reconocer nuestros logros, impulsarnos a la acción, ofrecernos sus preguntas que nos lleven a lugares que evitábamos, nos hagan visualizar nuestros sueños y objetivos (no olvidemos que lo único que diferencia el uno del otro, es la temporalización) o, simplemente, celebren con nosotros nuestros éxitos.

Tener una profesión como la de Coach y tener a otro compañero como acompañante resulta apasionante, porque desaparece nuestro oficio para aparecer la persona, con toda su esencia, aquella que en ocasiones nos empeñamos en mantener alejada de nosotros.

Hablo de transformación, de cambio, pero cambio y transformación desde dentro, perdurable en el tiempo (sostenible, según el palabro de moda), observable en sus resultados e impactante, no solo en la misma persona si no en todo su entorno, ya sea personal o profesional, puesto que no somos cajas cerradas si no, más bien, vasos comunicantes que disfrutan de esas experiencias cruzadas.

Gracias, cliente por confiar en mi, gracias por tu compromiso y generosidad al compartir y, sobre todo, gracias por hacer de mi una persona mejor.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Viendo las cosas de otro modo

Habitualmente tenemos tan solo un par de formas de ver las cosas, y a eso le unimos un montón de creencias limitantes que hacen que no actuemos en determinadas ocasiones (soy alto, soy bajo, soy gordo o flaco, guapo o feo, licenciado o iletrado, tengo o no tengo tal o cual cosa, o habilidad o competencia o, …….) y que, verdaderamente, castran nuestras metas, nuestros anhelos, nuestros legítimos objetivos, haciéndonos unos tullidos emocionales, cobardes de libro por algo que no debería ser pero que es.

Tan solo hace falta que seamos capaces de salir de nosotros mismos, de mirar las cosas con otros ojos, con los ojos “del otro”, el que no tiene esas fijaciones mentales, o el que es capaz de alejarse de la situación y mirarla desde arriba, o desde abajo, o quizás con un prisma verde, o amarillo, o azul, o …..Pensar que aquello que vemos puede tener un cúmulo de interpretaciones, algo que ya enunciaba Edward De Bono (1967), en su libro New Think: The Use of Lateral Thinking, en el que nos retaba, mediante una serie de ejercicios de pensamiento lateral, a salir de la zona de confort cerebral.

Ver las cosas desde otra óptica es lo que nos va a permitir encontrar soluciones innovadoras a viejos problemas, sin olvidar el viejo dicho que reza poco más o menos “solo un necio puede esperar obtener otros resultados haciendo lo mismo”.

Por más que me empecine en obtener un buen café de la achicoria, jamás lo conseguiré, salvo que varíe algo en su composición, en la forma de hacerlo, en los utensilios utilizados, …. Algo en lo que parece que se empeñan múltiples dirigentes, ya sea Públicos o Privados, con los resultados que andamos viendo, para nuestra desazón.

Está llegando la hora de cuestionarnos nuestros propios paradigmas, aquellos que nos mantenían en el, como dice una buena amiga, confortable aburrimiento, sin grandes peligros pero también sin grandes retos. Si imagino algo, si sueño con algo, es que realmente es realizable, así que pongámonos las pilas y empecemos a pensar en todo aquello que podemos cambiar para nuestro bien, y no nos quedemos en medias tintas….el mundo está ahí fuera para nosotros, solo tenemos que cogerlo y, cuando nos digan que no podemos….sonriamos y hagamos un buen plan para conseguirlo…. a partir de ahí, la mitad del camino estará hecha.

viernes, 12 de noviembre de 2010

4ª etapa de mi camino de Santiago

Es un palo, un auténtico palo; supongo que no entraba en mis cálculos el fracaso y, sin embargo, ha llegado.

Lucho por no sentirme un fracasado pero, ahora mismo, ese es el sentimiento al no tener la sensación de haber hecho las cosas mal si no, bien al contrario, haber hecho lo correcto y en la forma adecuada, algo que me lleva al pensamiento de que, si ni tan siquiera sé ver donde está el error, es que no merezco otra cosa que esto, no obstante, sé que acabaré por verlo de forma clara y transparente, y ahí estará mi victoria.

Ahora mismo es oscuro, muy oscuro y me pregunto cómo pude ser tan idiota, tan creído, tan soberbio, tan pagado de mi mismo, y es la sensación de una capa más de mi mismo que desconocía y que tengo que gestionar.

Escuece y hace un nudo en el estómago, nudo de descontento, de disgusto, de desazón, nudo que costará deshacer porque anida en una parte honda y escarpada.

¿Orgullo?, es posible, pero también está el sentimiento de derrota, de angustia, aunque me revelo, porque sé que la vida está hecha de pruebas, de victorias y derrotas, de alegrías y de penas, de caras y cruces. Y esta no es más que una añadida.

Sé que puedo, está en mi camino, al menos el que decidí emprender, siendo consciente de que sufrir un fracaso no es ser un fracasado, si no un nuevo camino de aprendizaje, en parte hacia fuera, resolviendo el entuerto y, casi lo más importante, hacia adentro, explorando esos sentires, esas emociones que hieren sin sentido.

Seré capaz de subir a la atalaya de mi ánimo, sé que sabré ver el problema desde su auténtica dimensión, sin recargarlo, sin satanizarlo, sin magnificarlo, dándole su justo punto de importancia y sacando de ello mucho más de lo que trajo.

Esta parte del camino es ardua, áspera y reseca, pero es una más de las que hay que atravesar; de ella aprendo que el revés siempre es posible y está al acecho, pero que está en mi mano sacar algo positivo de él.

El mayor aprendizaje, no obstante, es la constatación de que no estoy solo, de que me acogen unas personas que me ayudan a seguir creciendo con sus críticas, me sustentan con sus palabras y me arrullan con sus abrazos; a todos gracias por estar ahí y por ser. Hoy ha salido el sol otra vez.

jueves, 4 de noviembre de 2010

3ª etapa de mi camino de Santiago

Curioso proceso este del tránsito interior, tremendamente gestionado por terceros si así dejamos que lo hagan pero, no por decisión si no por dejación, por apatía y desidia, lo cual lo torna falso y cicatero, dándonos mensajes falsos desde nuestro interior, el cual no deja de emitir los mensajes que interesan a nuestro vasallaje.

Hoy el camino de introspección lo guío personalmente, sin injerencias no deseadas pero permitidas, lo cual es notablemente distinto. La ayuda de mi Coach me permite profundizar en senderos por los que habría pasado mirando sin ver.

Múltiples limitaciones impuestas por terceros, miedos absurdos y sin sentido como monstruos de siete cabezas que se disuelven en cuanto se abre una luz. Y esa luz me permite ver que no existen tales monstruos y que, lejos de ello, hay vastas posibilidades esperando a que salga a buscarlas, ávidas de ser encontradas por quien realmente quiera encontrarlas.

Así me encuentro hoy, pletórico, fuerte, decidido, con esa amalgama de colores ante mi, bien distinta de la paleta de grises que hasta no hace mucho desfilaban como única posibilidad “razonable”, aunque la duda es ¿razonable para quién?, porque está claro que no lo es para mí aunque lo sea para ti. Me doy cuenta de haber dejado que me hicieran débil con el halago de cartón, rodeándome solo de las posibilidades que convenían, pero es algo que yo permití y que ahora rechazo de plano.

Encuentro el reconocimiento, el verdadero, el que no tiene cartón, como encuentro la opinión generosa que, aunque escuece, fortalece y contribuye a mi crecimiento y aprendizaje. Y si el hoy es así, sonrío solo de pensar como será el mañana, permitiéndome soñar en mayúscula, construyendo una sólida Visión del futuro, ilusionante, retadora y ambiciosa.

Desde aquí, desde esta nueva óptica, no hay fronteras, no hay límites que no puedan traspasarse. La tan leída y escrita frase de “lo hicieron porque no sabían que era imposible”, toma una especial significación de certidumbre, de realidad en ciernes, lo cual no implica que sea fácil, que no existan obstáculos o que el desánimo no aparezca por la trastienda; aparecerá, de eso estoy seguro, como lo estoy de saber, entonces, amordazarlo, maniatarlo y dejarlo indefenso.

Solo yo decidiré a partir de ahora, asumiendo las consecuencias, pero sin dejar que visiones atormentadas de otros guíen de nuevo mis pasos.

Libro PNL Y COACHING. CAPITULO 7. ESTILOS DE COACHING

Nos encontramos con un mar calmo o embravecido, nosotros mismos, nuestras inquietudes, nuestros anhelos, nuestras luces y nuestras sombras, todas ellas ante la necesidad del cambio; camino interior de notables recovecos, y aquí es donde aparece de nuevo el Capitán de fragata, nuestro Coach.

…Y tal como aparece, lo hace en una u otra nave, todas ellas con potentes motores y tensadas velas, distintas todas entre sí, aunque con un buen número de similitudes ya que todas ellas surcan mares, todas tienen timón y portan brújula para guiar navegantes. Como la barca el Coaching, potente embarcación del cambio, en la que son los matices los que diferenciarán unas de otras, con el denominador común de no juzgar, acompañar pero no conducir, considerar a los compañeros de viaje como plenos y llenos de recursos, dar feedback adecuado y guiarse por un código ético.

Busca adentrarse en esa mar de cosas distintas, de aprendizaje, de crecimiento interior y personal, eludiendo la expertividad de su capitán por bien del pasajero-protagonista, el cual tendrá por Tizona la escucha y por Rocinante la pregunta potente.

Sí, es cierto, hay matices que los distinguen y algunos modelos de Coaching como el deportivo, el espitirual o el winwave, con notables diferencias aunque siempre partiendo de la base de la humildad y sencillez del Coach, consciente de la verdad de nuestra limitación y nuestra expansividad.

Ayer, querido Coachee, creciste y yo crecí en mi, por ti y para mi, porque así lo quisiste y me lo permitiste.

Los comentarios del resto de compañeros y capítulos, los encontraréis en la siguiente URL: http://www.pablotovar.com/blog/