miércoles, 25 de agosto de 2010

Nuevo curso, emociones e ilusiones renovadas

La ciudad parece adormecida, lenta en su despertar, apenas un bostezo de actividad asoma en sus calles, sus industrias, sus comercios, no obstante, no nos engañemos, es como el cazo con agua justo antes de romper su hervor.

¡Cuánto agorero anda suelto!!, prediciendo males y desdichas en radios televisiones y foros cibernéticos, a fin de alinear a la población con sus sabios conocimientos y sus teorías fundamentadas en dios sabe qué.

Sí, es cierto, he visto y oído como se cerraban puertas….pero también como se abrían una miríada de ventanas y ventanucos que se tornarán auténticos ventanales. Un mundo de oportunidades está a nuestros pies….aunque quizás no si los miramos como hacíamos hasta ahora; habrá que girar, coger gafas polarizadas, hacer el pino mentalmente (o quizás físicamente), elevarnos sobre nuestras propias creencias limitantes y ser osados.

Este verano vi en la playa como unos jóvenes papás de un preciosa niña de unos dos años, tornaban su llanto descarnado por un susto morrocotudo, en sonoras carcajadas de felicidad y complicidad. Os invito a ser cómplices….de nosotros mismos, a creer más en cada uno de los personajes que poblamos esta tierra.

Lanzo un reto a quien lo quiera coger: mira esa dificultad que creías insalvable, haz un esquema mental en el que desaparezcan las limitaciones que tuvieras (económicas, temporales, físicas o de cualquier índole), ponlo por escrito, añádele unas gotas de creatividad, una pizca de buen humor y optimismo y, sobre todo, empieza por dar el primer paso de inmediato; provoca el movimiento y no te conformes con ser observador, ¡sé el protagonista!

Quedo a la espera de tus comentarios que, a buen seguro, hablarán de esfuerzo y sacrificio, pero también de orgullo, aprendizaje, conocimiento y, ¿por qué no?, de éxito, grande o pequeño pero éxito al fin.

Eres grande, permítete serlo.

sábado, 14 de agosto de 2010

Egoísmo positivo

Leía, no hace muchos días, un escrito en La Vanguardia en el que se argumentaba un paralelismo entre la generosidad (el altruismo) y el egoísmo. La línea iba en torno a que la mayor satisfacción de dar está, precisamente, en el propio hecho de dar y, por tanto, había un sesgo egoísta en ello, algo en lo que no puedo por menos que estar de acuerdo.

Esto nos lleva a que, como el colesterol, existan dos tipos de egoísmo, el positivo, que proporciona satisfacción en la propia generosidad, produciendo crecimiento, generando bienestar en quien lo da y en quien recibe, generando satisfacción en el entorno, incluido el propio autor de la donación (material o no) y, el negativo, donde el egocentrismo campa a sus anchas, como un líquido corrosivo que no hace más que corromper todo aquello que toca.

Llevemos esto a todo el ámbito del individuo, a su faceta personal y profesional….Encontraremos personas viviendo en plenitud, en unos casos, y sujetos generando insatisfacción y grandiosos ídolos con pies de barro, en el otro.

Prosigamos con el ejercicio y pensemos en las Organizaciones de todo tipo, empresariales, docentes, Institucionales, Políticas…..ahora visualicemos aquellas en las que estuviese presente ese egoísmo basado en la satisfacción de dar, generando crecimiento, aprendizaje, aprecio, productividad, sabiduría, eficiencia, eficacia, …..

Vayamos a la otra cara de la moneda y observemos lo que ocurre cuando está ese egoísmo negativo, donde el ego, la propiedad a cualquier precio, las medallas, la propiedad del conocimiento, ….. fueran valores en alza.

Y ahora llega el momento de comparar, no solo en el ámbito del cortoplacismo, si no en el medio y el largo plazo, ¿qué impacto habrá?, ¿qué sociedad estaremos construyendo?, ¿con qué instituciones públicas contaremos?

….Y por fin, ¿que es lo que puedo empezar a hacer YO, como lector de estas líneas, para que ese cambio de paradigmas empiece a producirse en todos los estamentos, en todos los círculos en los que me muevo?, ¿a qué estoy dispuesto a renunciar?.

No sé vosotros, a mi me empieza a dar vértigo, un vértigo apasionante por las consecuencias que todo esto puede tener; nuevamente, la vida empieza hoy y yo voy a ser protagonista de ella.