viernes, 30 de abril de 2010

Lo legal ¿es necesariamente ético?

Últimamente estoy observando como esa crisis económica se torna crisis de valores y principios o, mejor dicho, aflora la carencia de éstos en discursos que antaño llenaron la boca de dirigentes de todo tipo y pelaje.

¿Puede ser ético despedir a una persona por burofax cuando la misma está disponible para mantener una reunión personal?, ¿es ético presionar a personas para que no acudan a declarar a un juicio, con argumentos más dignos de una película de gangsters que de una praxis empresarial?, ¿es ético exprimir hasta la extenuación a Directivos, seducirlos con cantos de sirena, para después maltratarlos y expoliarlos como si se tratara de delincuentes?.

No me cabe la menor duda de que las acciones enunciadas tienen toda la validez legal pero, y ahí está el quid de la cuestión, ¿dónde queda la ética, la moral, los principios?.

Recuerdo una cara sonriente que se iba tornando en mueca al no poder sostener una conversación con alguien con quien, en su día, compartieron sueños, anhelos e ilusiones. Una mueca que se tornaba en llanto interno por la traición a sí mismo; amargo llanto el que surge de uno mismo hacia su interior, sabedor de las injusticias cometidas, de la traición hacia la propia esencia. Lágrimas de ácido que corroen el interior dejando jirones de vida en el camino del servilismo.

Cada mañana sale el sol y puedo dar gracias por mirarme al espejo y continuar viendo a la persona que lucho por ser, sin tapujos, sin ambages, con la autenticidad que me pido a mí mismo, y entonces llego a la conclusión de que la legalidad, sin ética, no compensa el coste que conlleva.

miércoles, 21 de abril de 2010

El Camino

Regreso en AVE desde Madrid hacia Barcelona. El viaje es placentero, agradable, el paisaje deviene relajante, incitando a la reflexión tras las experiencias vividas en estos días, intensas unas, enriquecedoras todas.

Pasan campos de cultivo, lomas, pueblos, ciudades y, en cada paisaje, un conjunto de esperanzas, de oportunidades, de ilusiones. Poderosa mente, capaz de hacerme viajar más allá de mi mismo, más allá de mis propios sentimientos, enlazando con el hoy y con el mañana, con el es y con el será, con limitaciones y con posibilidades de expansión.

Hay días claros y días de bruma, días de claridad y días de ofuscación pero, en cualquier caso, tiempos preñados de energía, de transformación, de expansión personal, de percepción de que todo es posible si en ello pongo el alma.

Atrás quedan tiempos de limitación, tiempos que sin duda aparecerán por los resquicios de mi realidad. No hay nada que pueda resistirse al empeño, al coraje, a la valentía de ser uno mismo, de buscar dentro de sí y de encontrar los resortes.

El tren llega a una estación, tiempo de reflexión, de balance, consciente de que, en breve, retomará su marcha haciendo el camino, tan distinto al de antes, tan diferente al de después, viviendo el hoy cargado de esperanza. Caminos de color, caminos dulces y amargos en los que escojo adentrarme, paladeándolos con fruición porque así lo quiero, así lo decido.

Ese es el camino, no hay más que dar el primer paso, sin temor, con la mente del principiante, abierta y atenta, osada en su ignorancia.

lunes, 19 de abril de 2010

Vivir con Valores

Los Valores con mayúscula, nuestros Valores, son aquellos comportamientos que, de ninguna de las maneras, podemos traicionar, aún y cuando las circunstancias nos sean adversas o, mejor dicho, especialmente en esas circunstancias.

Honestidad, Valentía, Orgullo de pertenencia, Generosidad, Amistad, Orientación al cliente, Orientación a la Excelencia, …..todos ellos son comportamientos o tendencias que deben ser nuestra brújula, el camino sobre el cual debemos trascender.

Dejarnos llevar por la comodidad, el enriquecimiento fatuo, las modas o la simple pereza no nos llevará más que a la peor de las vivencias posibles: al desprecio de uno mismo por sí mismo. Pensar que no somos capaces de vivir según nuestros principios nos lleva a ser carnaza de cualquier tropa de pelagatos venidos a más.

Eso es Vivir de verdad, Vivir en plenitud, el resto no es más que un simulacro de juego de la Oca donde los dados de la vida nos llevarán donde más les convenga, en lugar de ser nosotros quienes tomamos las riendas de la misma, dirigiéndola a través de nuestro mapa vital.

Tu escoges entre Vivir o pasar por este teatro como una marioneta, al antojo de no se sabe que manos.

sábado, 3 de abril de 2010

Mi Estrategia

El barco está en alta mar, lo hemos sacado con éxito del puerto, hemos sorteado unas cuantas tormentas, pusimos la vista en el horizonte y el velero ha hecho su camino, ha ido cada vez más y más lejos, con el único objetivo de ir más allá pero, ahora, es el turno del segundo objetivo; hemos podido comprobar que la embarcación es robusta y su tripulación valerosa y entregada, ahora debemos fijar un destino, trazar el camino y esforzarnos por seguirlo o variarlo, si las circunstancias lo aconsejan, pero seguir el rumbo que nos marque nuestra propia brújula.

La mejor manera de no llegar nunca a nuestro destino es no conocerlo, o dejar que sean otros quienes nos lo marquen. Seamos realistas pero ambiciosos en nuestros objetivos, como personas, como empresas o como instituciones, Los porcentajes de seres humanos u organizaciones que son capaces de llevar las riendas de sus destinos, son ciertamente muy bajos, pero no por incapacidad, si no por desconocimiento de los mismos; simplemente nos dejamos llevar, dejamos que el río guíe nuestro camino, esperamos a que pasen las cosas en lugar de construir nosotros el futuro ilusionante.

Ciertamente, existen peligros, nuestro statu quo, nuestras prebendas, lo conseguido hasta ahora, nuestra zona de confort, nos impide tomar decisiones valientes, osadas, atrevidas, pero está en nuestras manos el hacerlo.

Los gurús hablan de Estratégica con mayúscula, yo prefiero hablar de Proyecto Vital, de sueño realizable que llevar a buen puerto, de personas con las que hacer camino, de valores y principios que compartir, de VIDA con mayúscula, esta sí, que vivir.

¡Empecemos a hacer que las cosas sucedan como nos gustaría que ocurrieran!, en nuestras vidas, en nuestras empresas, en nuestras instituciones, en nuestras ciudades y nuestros pueblos. Las consecuencias nos asombrarán.