lunes, 11 de julio de 2011

Yendo a por nuestro Objetivo (IV). Objetivo conseguido


En su momento identificamos nuestro objetivo, diseñamos el Plan de Acción para conseguirlo y, después de tremendos esfuerzos, llegamos al final, ¿y ahora?.

En primer lugar celebrar, ya que vivimos en una cultura en la que la celebración no está permitida e incluso está mal vista. Tómate tu tiempo para disfrutar del esfuerzo realizado, de las limitaciones vencidas, de los aprendizajes.

Nota ahora el impacto que esto ha tenido en tu vida cotidiana, ¿qué es lo que ha cambiado?, pero no solo en ti, también en tu entorno, en todo tu entorno, desde una visión amplia de tu Vida con mayúsculas.

Es posible que hayas descubierto que la estaca del elefante del circo, era tu yugo particular y que tan solo tenías que confiar más en ti para conseguir liberarte, o que esa carencia de tiempo no era más que una excusa para no hacer aquello que tanto deseabas, o que no lo hacías porque tu eras el último de la fila o….. tremendas áreas de aprendizaje sobre ti mismo que abren nuevos horizontes.

Lo que parece claro es que has descubierto un nuevo YO en tu cuerpo, un YO más brillante, más osado, más amplio, más atrevido, pero, ¿para que me sirve?, te preguntarás. Es como si tuvieras una casa llena de tabiques que te impiden ver la luz y, de repente, estuvieras destruyendo esos tabiques, comprobando que ese entorno gris, mezquino y denso, lo puedes convertir en luz, alegría y fluidez, si así lo quieres.

Ahora ves que puedes vivir una vida más plena, pero esto solo es el principio; ahora marca un nuevo objetivo para ti, algo que de nuevo te obligue a salir de tu zona de confort y te permita dar otro estirón en tu crecimiento interior; ¿imaginas el impacto?, pero de nuevo, no solo en ti, si no también en tu entorno.

Este es un proceso que se retroalimenta y que genera un perpetuo estado de Evolución, la tuya y la mía a través de ti.

Gracias por creer en ti.

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