Un buen amigo y compañero de
proyectos, suele acuñar una frase que es digna de la mejor de las reflexiones: Hemos estado comprando cosas que no
necesitábamos, con dinero que no teníamos para impresionar a gentes que, en
realidad, no nos importaban.
Verdaderamente, la frasecita
tiene su aquel, y es que, de forma continuada, hemos estado alimentando Dios
sabe qué, con la intención de gustar o impresionar a otros, pero no a la gente
que vale la pena, ya que esta no necesita de regalos ni lisonjas para estar con
nosotros, para querernos por lo que somos, más que por lo que tenemos o
hacemos.
¿Qué es lo que hace que tengamos
esa necesidad?, ¿Qué queremos conseguir con eso?, ¿A quién queremos
impresionar?, ¿Qué Valores queremos trasladar a nuestros hijos?; estas y otras
preguntas son algunas que me surgen cuando pienso en las veces que podía haber
obrado de ese modo.
Cuando mis hijos eran pequeños y
estábamos en la playa (en cualquier playa cercana, sin necesidad de irse al
Caribe y contarlo luego a los amigos o de traer 685 fotos que, de forma
inmisericorde, les hacíamos ver como pago a la cena con la que obsequiábamos a
nuestro regreso), percibía que los niños eran felices con muy pocos
ingredientes fáciles de encontrar en cualquier parte: arena, agua de mar y unas
cuantas olas. Por parte nuestra, un paseo a la orilla del mar o sentarnos a ver
el atardecer remojándonos los pies desnudos, era el mayor de los placeres.
Así pues, hoy percibo que muchas de las necesidades que por aquel entonces
tenía, no eran tales si no la forma de mantener un estatus que no importaba a
nadie más que a mi mismo, una forma de tener sensación de seguridad porque mi
interior era incapaz de proporcionármela; debía tener o hacer más que ser.
Tengo las mismas sensaciones. He hecho esfuerzos por conseguir disfrutar con poco de mis pequeños NIl y Max. Y lo estoy consiguiendo. Ello me llena más que cualquier otra cosa.
ResponderEliminarValores, valores es la clave en todo cuanto emprendamos.
Gracias Jordi
Hola anónimo, completamente de acuerdo contigo, si exploramos nuestros valores y vivimos conforme a ellos, bien poca cosa más nos hará falta.
ResponderEliminarSigue llenándote con tus pequeños, la plenitud está ahí más que en ningún otro sitio, si esos son tus valores.
Un abrazo gordo
Jordi