Leyendo la pequeña obra maestra
de Victor Frankl, El hombre en busca de
sentido, podemos percibir lo efímero de las circunstancias que vive el
hombre y, por el contrario, su capacidad de crecimiento sin medida si está
dispuesto a mirar hacia dentro, navegando por entre las circunstancias que el
destino pone en nuestro camino.
En una de sus páginas y citando
el nihilismo, nos dice el que tiene un
porqué para vivir, puede soportar casi cualquier como, y aquí es donde
entra el sentido que damos a nuestra vida.
¿Mido mi importancia por el cargo
que ocupo, por mis apellidos, mis posesiones, mi belleza, mis conocimientos?;
si es así, entrego todo mi valor al exterior y a la evaluación que de todo ello
hagan otros pero si, por el contrario, esa interconexión es conmigo mismo, el
valor se mantiene inalterado, fluctuando en función de la alineación que de mis
valores, hago con mi vida.
No deja de ser curioso que apenas
se percibe cambio si no hay una catarsis de por medio, si no existe un
terremoto interior que nos mueve a ese cambio profundo, a la observación de
nuestro entorno y de nuestro interior de un modo distinto, donde cobran mayor
valor los valores y se torna fútil aquello que antes pensamos de capital
trascendencia.
¿Qué enfermo terminal no daría su
fortuna entera o su Juventud o belleza por unos días más de vida?¿qué padre en
su sano juicio no entregaría su propia vida por el bienestar emocional de sus
hijos?
Tenemos en nuestro interior las
respuestas a todas las preguntas de la máxima trascendencia, tan solo una
pregunta y nuestras dudas pueden quedar disipadas: ¿cómo encaja eso con mis
valores?.
La cuestión es hasta que punto
los conocemos, hasta que punto nos hemos trabajado por dentro como lo hemos
hecho por fuera. Con una amiga debatíamos no hace mucho la diferencia entre el
Ego y la Autoestima, una pregunta que suele ser habitual y que encuentra la
respuesta en el interior de cada cual: el Ego necesita de público para poder
satisfacerse, la Autoestima, se nutre de sí misma y nos proporciona un estado
de serenidad.
Quin llibre més maco, Jordi!!!! Ensenya molt sobre el sentit de la vida, sobre les circumstàncies i sobre el que tu deies respecte a Ego i Autoestima (la importància d'estimar-te independentment del que diguin o passi al teu voltant).
ResponderEliminarTot el llibre és fantàstic, però hi ha frase que m'encanta: << ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre DECIDE lo que es. >>
Si senyora, es preciós i el que es curios es que es un llibre curt que té dins tota una vida. La frase que mes t'agrada es, per mi, el resum del llibre: TU DECIDES, SIEMPRE.
ResponderEliminarUna abraçada forta i gràcies pel teu comentari
Buenas noches,
ResponderEliminarLo extraño es que muchas veces las personas no se dan cuenta de que realmente estan eligiendo, aunque esten eligiendo "no hacer nada".
Quizá lo grandioso de ese libro es que empequeñece cualquier tribulación cotidiana que nos abrume, y cuando cambias la forma de ver las cosas, las cosas que ves, cambian!
Un abrazo!
Luisa
Hola Luisa,
ResponderEliminar¡Que gran verdad!; no es lo que ocurre lo que nos impacta, si no la perspectiva desde la cual lo miramos. Relativizar y tomar el hábito de verlo desde otras ópticas, nos puede ayudar mucho.
Gracias por tu comentario. Un abrazo
Jordi