Estás cómodo, te sientes
confortablemente insatisfecho; a fin de cuentas, lo que hay al otro lado no
puede ser mejor que lo que tengo ahora y, si lo fuera, el sacrificio sería
excesivamente costoso, así que casi mejor me quedo como estoy.
¿Te suena?; este es el pan
nuestro de cada día de todos nosotros, lo que llamamos la zona de confort o
zona cómoda. Hay personas que empiezan a trabajarla y descubren que un océano
de posibilidades se extiende ante ellos y otras que, simplemente, ni tan siquiera
se lo plantean.
Hablo del jovenzuelo que no da el
primer paso por aquella chica y ella, harta de esperar, acepta la proposición
de otro, de aquella llamada que hubieras querido hacer y a la que te resistes
por miedo a la respuesta, hablo de afrontar el disgusto por la actuación de un
amigo, un familiar o un colega de trabajo al que, por no ofender, no se lo contamos y hacemos que todo siga igual, del ejecutivo que, por razones
parecidas, es incapaz de dar feedback a su colaborador, con lo que lo único que
consigue es impedir su crecimiento…
Son muchas las oportunidades
perdidas por quedarnos en esa zona de confort. Siempre había oído que hay que
salir de ella, e incluso lo hice pero, tras algunas reflexiones, tomo
consciencia de que, más que salir de ella, lo que hice fue ampliarla, es decir,
conseguir un yo más grande, más valiente, más capaz de asumir mis propios retos
y vencer mis miedos.
Cuando me resigno a vivir de
determinada manera por miedo a las consecuencias que se pueden derivar de ello,
estoy permitiendo que las circunstancias manejen mi vida y me impiden vivirla
en función de mi potencial. No se trata de ser un insensato, lanzándose a
cualquier cosa sin prever las consecuencias si no, más bien, de preverlas y adoptar las medidas que te permitan
afrontar las situaciones con una mínima seguridad. Que la negativa a una
petición no te haga venir abajo, que hacer la sugerencia en el consejo, te
permita sentirte seguro y auténtico, defendiendo aquello en lo que crees; que,
en una palabra, seas Tu.
Esa zona de confort está
íntimamente ligada con el apego, con el apego a las cosas materiales, al
estatus, a un amor que quizás es más vasallaje que otra cosa, al Ego, al rol
que representamos…a tantas y tantas cosas inútiles que, ni por asomo, nos
aportan la plenitud que tanto buscamos, sea de forma consciente o inconsciente.
Parece fácil, pero en la práctica es un ejercicio interior de lo más difícil...
ResponderEliminarParece fácil, pero en la práctica es un ejercicio interior de lo más difícil...
ResponderEliminarMuy buenos días Marisa,
ResponderEliminarEfectivamente, es una práctica compleja pero que tiene algunas peculiaridades, y es que cuando has conseguido aumentar ese espacio vital en una ocasión, volverlo a hacer se convierte en algo más sencillo y especialmente retador.
No te quedes varada en el piso de la ministra y accede a la totalidad de la casa o, dicho de otro modo, convierte la habitación en un castillo.
Mil gracias por tu comentario. Un abrazo fuerte
Jordi
Me parece que el tema que tocas en tu escrito, Jordi, es uno de vital importancia para todos.
ResponderEliminarLa zona de comfort, un espacio que no sabemos que ocupamos, hasta que es necesario cambiar o tratar cosas nuevas en nuestras vidas.
En relacion a este topico, me paso algo muy curioso, desde el plano profesional con la Internet.
Me considero una persona tranquila, que gusta de leer mucho y analizar esas peculiares situaciones que nos da a muchos por llamar, problemas.
Un dia como cualquier otro, hace algun tiempo, me encuentro con que por Internet puedo tener contacto con profesionales (Ej. TU) de diversos ambitos y aprender mucho de ellos.
Entonces vino a mi como relampago, la pregunta, ¿quien soy yo para decir algo?
...
Bueno la pregunta es mas complicada, pero se resume de esta manera.
...
Fue entonces que, comence a poner en practica todos mis conocimientos, simplemente participando en las discusiones que estos profesionales fueron proponiendo.
Y asi, descubri, que tenia algo que decir.
Y lo peor que podria pasar era que me dijeran "gracias".
Gracias a esta serie de experiencias en linea, puedo decir que sali de mi zona de comfort y aprendi bastante en el proceso.
En lo personal. Siempre he sido una persona dedicada a mi actitud, a mantenerla, a cuidarla y protegerla.
Sin embargo me parece correcto el decir que, gracias a las cuestiones tan interesantes que discutes en posts este, constantemente le brindo un tune-up a mi actitud.
Gracias, Jordi, es bueno ser concientes de la zona de comfort y es mejor todavia que alguien nos invite o rete a salir de ella.
Te deseo un excelente dia.