Nos encontramos ante un Equipo de
personas, comprometidas con ellas mismas y con la Misión de la Organización en
la que trabajan o, más que trabajar, en la que desarrollan todo su potencial.
Primero hemos hecho, como de
costumbre, una serie de entrevistas personales que nos han permitido hacer un
breve diagnóstico de lo que ocurre en él. Vemos personas ilusionadas, valientes
y decididas, las cuales han llegado a un momento en el que su propia relación
indica que algo quiere cambiar entre
ellos.
El otrora excelente clima
existente, se ha vuelto un tanto pesado y denso, algo que ha encendido las
voces de alarma. Nuestra función se inicia con la normalización de la
situación: no ocurre nada que sea extraordinario ya que en todo nuestro camino,
aparecen bifurcaciones que nos invitan a adentrarnos en ellas. Como decía en
líneas anteriores, todo ello nos indica que algo quiere pasar, simplemente eso.
En cada intervención me asombra y
me admira la valentía de las personas que componen esos equipos. Pura energía
que quiere mantenerse viva, sin dejarse morir, sin resignarse a la lasitud del siempre se ha hecho así o aquí siempre ha sido así. Personas con
la intención de sacar lo mejor de sí mismas y de los Equipos en los que se
hayan inmersas. No siempre trabajamos en equipos que quieren resolver cuestiones
pendientes, ya que también lo hacemos con equipos en franca expansión, que
buscan crecer en ellos mismos.
Nuestra función, como
acompañantes, no es la de enseñarles que deben hacer, no es la de marcar el
camino si no, bien al contrario, ayudarles a descubrir qué es lo que está
ocurriendo, lo que subyace bajo las señales que, en ocasiones, nos empeñamos en
ignorar. Dicho de otro modo, el Equipo debe tomar conciencia de lo que está ocurriendo,
como le afecta y dónde quieren ir con ello.
Una vez conocemos lo que ocurre,
podremos actuar, si eso es lo que realmente quieren los miembros del equipo,
escuchando a todos ellos, permitiendo que se expresen todas las ideas, razón
por la cual, no es este un procedimiento para personas o equipos pusilánimes,
temerosos de que sus debilidades queden expuestas, algo completamente fuera de
lugar, ya que habremos creado al inicio un espacio seguro en el que toda
transformación es posible.
El acompañante, el Coach de
Equipos, retará a los mismos a realizar acciones valientes para conseguir los
resultados que persiguen, algo que se torna espectacular por su impacto.
¿Os acompañamos?
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