Día 5 de enero por la tarde,
cualquiera de las ciudades del mundo. Es posible que un montón de
preocupaciones estén presentes en cualquiera de las personas que están por la
calle, ya sea del guardia, de la mamá que va con los dos niños, de la
empresaria, del trabajador, del estudiante, del sin techo o del directivo, pero todas ellas parecen haber
quedado, al menos por un tiempo, en la caja de la espera.
Ojos que bailan, esperanzas que
se refuerzan, sueños que parecen tocarse. Mayores que miramos ilusionados las
caritas de nuestros pequeños, pequeños que miran con admiración a sus mayores,
algún sabio y otros muchos inocentes todavía, con una ilusión común: sus deseos
cumplidos, para unos el anhelado viaje, para otros, aquella muñeca, para el de
más allá, la documentación que le permita vivir en paz, el contrato de
salvación, el juguete, la paz, volver a casa o ese puesto de trabajo.
Esta noche no hay nada imposible
y, de hecho, en la mañana de Reyes tampoco. Una manta es suficiente, un abrazo
nos desborda, quizás un simple beso colme nuestras ambiciones, o podría ser
aquella sonrisa que tanto tiempo anduvimos buscando.
Unos días en los que todo es
posible, en los que aunque parezca imposible, esperamos que aquello se cumpla,
ponemos los medios, inventamos lo increíble, descubrimos lo recóndito, llegamos
hasta los confines….de nuestra confianza y hacemos posible aquello que quizás
pensamos que nunca lo fue.
Ahora supongamos mantener ese
espíritu el resto del año, imaginemos no pensar jamás que esto o aquello es
imposible, que encontraremos la forma de que sea realizable, que arrancaremos
esa sonrisa o aquel abrazo, que conseguiremos aquel contrato, aquel trabajo o
aquel cambio de vida que tanto habíamos ansiado, pero lo haremos desde esa
ilusión de unos ojos desbordados, de una confianza en nosotros, desterrando el
no puedo, no debo, no, no, no…
Cada día es el inicio del resto
de nuestra Vida; podemos dejarla pasar o podemos iniciarla con la fuerza de
quien se sabe vencedor de sus propias limitaciones, en cualquier faceta de las
que nos quepa imaginar.
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