Tiempos difíciles los que nos ha tocado vivir; tiempos afortunados también porque, si bien es cierto que tenemos un camino jalonado de simas, precipicios y acantilados externos, no lo es menos que tenemos los medios internos para construir puentes robustos si, y solo si, hacemos caso a nuestro interior y aprendemos a no dejarnos llevar por el desánimo y la desazón.
Doy gracias a estos tiempos porque en ellos estoy aprendiendo, de verdad, la grandeza de la amistad, la nobleza de las personas, la fortaleza que reside en nuestro ser y que pugna por salir de esa cárcel de confort que, con tanto mimo y esmero, le hemos ido construyendo, castrando así su potencial de plenitud y entronizándola a la mediocridad más absoluta.
No hay meta, por alta que esta sea, que no podamos conseguir, tan solo hay que acallar esas voces timoratas, cortar las cadenas de la comodidad y lanzarnos a conseguir nuestro sueño, nuestra meta, nuestra ilusión. No habrá mayor desencanto, con el correr del tiempo, que pensar en lo que pudo ser y no fue por temor a perder aquello que teníamos.
Todos y cada uno de nosotros somos Guardiola, Messi, Alonso u Obama, todos somos grandes, poderosos, tan solo tenemos que salir de nuestro límite….mental. El mundo, tu mundo, mi mundo, están ahí fuera esperando que salgamos a buscarlo; no dejemos que se marchite y hagámoslo crecer en nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario