Este fin de semana han pasado cosas, han pasado muchas cosas, no hablaré de magia pero sí de complicidad, de confianza, de entrega, de compromiso y de respons-habilidad, como diría mi buen amigo y compañero Jordi Roselló; de compromiso de todos con cada uno de nosotros y con nosotros mismos.
Fue la primera edición en Barcelona de RE-CONOCETE: del Yo al nosotros, con 16 participantes previstos de los que acudieron 13, a priori un mal número que ha devenido en la mayor de las fortunas, por la calidez, por la calidad humana de los presentes y por las ganas de compartir.
Era, de algún modo, el colofón a casi 10 meses de trabajo, de diseño, de reuniones, de experiencias, de pruebas y, sobre todo, de ilusiones y esperanzas que han cristalizado en una VIvencia-Taller que nos dio plenitud a todos los que estuvimos participando de ella.
La mañana del primer día nos encontramos un grupo heterogéneo de personas, ignorantes de la cantidad de cosas que nos unían. Personas de lo más dispar, con ocupaciones tan distintas como emprendedores, estudiantes, docentes, directivos, empresarios y alguno que otro más, edades que oscilaban entre los veintipocos y los cincuentaymuchos, pero todos con un objetivo común: iniciar un camino juntos que empezaba por la toma de conciencia de uno mismo. El domingo por la tarde, se diría que habíamos pasado años juntos.
Que maravilloso camino el que emprendimos y en el que tuvimos la inmensa suerte de que, esas personas, nos escogieran como acompañantes. Hubieron vivencias intensas, interruptores que se encendieron para dar luz a zonas oscuras, hallazgo de herramientas que permitirán gestionar de otro modo nuestras inquietudes y, especialmente, un entorno seguro que garantiza la tranquilidad de saberse uno mismo.
Hablo por mi, pero creo que otros también suscribirían la idea de que, entre aquellas paredes, empezó a gestarse algo grande, algo que nos llevará a todos a estirarnos un poco más, a tomar conciencia del lugar en el que estamos y a fijar un objetivo por el que luchar.
No hemos hecho más que empezar, ya que hay otras dos etapas en esta parte del camino que esperamos seguir recorriendo juntos, pero el inicio ha sido esperanzador.
Y para cerrar y, tal como dijimos ayer, estoy en mi.
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