Impactante la entrevista que le hacen a Alessio Rastani en la BBC y en la que el personaje se jacta en soñar con una nueva recesión, en ganar mucho dinero. No es el único, es algo generalizado entre determinados grupos de nuestra sociedad, hedonistas e insaciables.
Afirmaciones, a la pregunta de la periodista ¿Cómo aumentar la confianza de los inversores? tales como
· Me da igual
· Es lo que menos me importa
· Nuestro trabajo es ganar dinero
· Llevo soñando con esto tres años
· Cuando me acuesto por la noche, sueño con otra recesión
Me hacen pensar en la dirección que llevamos y en el vacío de determinados individuos que no tienen más que ansia de poder y dinero.
Como opinión personal, la verdad es que me producen más compasión que envidia; no podemos olvidar que son seres con unos Valores un tanto volátiles, no digo buenos o malos, ya que son los suyos y, por tanto, aceptados por una parte de la población, digo volátiles y al albur de corrientes de aire dominadas por otros.
¿Qué más se puede desear cuando se tiene todo lo que el dinero puede comprar?, ¿más dinero?, ¿más posesiones?, ¿más poder?
Nos habla de que el mundo no está gobernado por los gobiernos si no por un determinado grupo de banqueros; ¿estamos seguros de eso?; tacharme de naif, pero cada vez veo más claro que la persona ES, no TIENE o HACE, si no ES, con todo lo que ello comporta, y ahí es donde veo que, una vez gestionado el miedo, renace un nuevo ser en nosotros, alguien con el coraje y el valor suficientes para enfrentarse a cualquier adversidad.
Esta misma mañana, oía unas sabias palabras de Hidehiro Tsubaki, el cual ejerce como Cónsul general del Japón en Barcelona. En primer lugar ha agradecido de un modo que se percibía auténtico y sincero, el soporte dado al pueblo japonés tras el terremoto y el tsunami sufridos por aquel país en el mes de marzo de este año, apuntando después el comentario de un compatriota suyo: “no soy un damnificado, soy un reconstructor”.
Todo el dinero del mundo, no podría comprar ese carácter, esa valentía, ese orgullo como persona y como pueblo.
Hay esperanza y ese comentario es una prueba fehaciente de ello. Siento orgullo de ser persona y de convivir con personas como esta.
Gran entrada, Jordi.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Se ha de enderezar el rumbo. Si se permite que haya tanta gente beneficiándose del mal ajeno, el ser humano no puede acabar bien.
¡Menos mal que la mayoría sí queremos un mundo mejor! Tal vez se debería cambiar el paradigma del crecimiento a toda costa, e incluso el topicazo del crecimiento sostenible por aceptar un decrecimiento sostenible y controlado. De lo contrario, el ser humano puede acabar "muriendo de éxito".
Con permiso, voy a compartirlo en mis redes. ¡Gracias!
Gracias Miguel, me parece un concepto sensacional este de decrecimiento sostenible y controlado. Eso de morir de éxito, la verdad, no apetece lo más mínimo. Un abrazo fuerte
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