lunes, 28 de noviembre de 2011

Grandiosidad


Maravilloso el ser humano, único en su capacidad de crecimiento, de superación de las adversidades, de expansión de su propio yo, sin más intereses que la satisfacción de saberse grande en su humildad, en su sencillez, en su esencia interna.

En unos momentos en los que los más apuntan a verlo todo negro, en los que las quejas por los defectos y las actuaciones de otros (siempre son los otros, nunca la pregunta ¿qué es lo que puedo hacer yo?) son mayoría, hay brotes de esperanza, repuntes de grandiosidad, de resiliencia, de generosidad.

Vemos como la campaña de recogida para el Banco de Alimentos en Barcelona, consigue doblar los resultados del pasado año, recogiendo 800 toneladas de alimentos para los más necesitados, alimentos recogidos en supermercados, en puntos de entrega….de los ciudadanos anónimos que son realmente grandes en sí mismos.

Es el pueblo mismo el que se moviliza para paliar carencias. De nada sirven los lamentos, las quejas, los ataques de toda índole cuando las personas deciden resolverlas.

Cuando la generosidad nos invade, cuando el miedo desaparece, cuando la decisión emerge, no hay dificultad lo bastante grande como para no ser vencida. Veamos los tiranos derrocados, el triunfo de los microcréditos en cualquier lugar del mundo, proveyendo de recursos a los más necesitados para garantizar su desarrollo en dignidad, los voluntarios entregando su tiempo, su ilusión y su amor a los indigentes en las calles de tu ciudad.

Cuantas personas en interdependencia, siendo para que ellos mismos lo sean y para que otros puedan ser.

Hay quien dice que no tenemos solución, que todo se va al traste pero, ante muestras como estas, solo puedo pensar en positivo, en la fuerza de la generosidad, de un presente que nos refuerza y en un futuro que adivino lleno de luz.

Ahora es el momento, mañana será tarde, así que apostemos fuerte por nosotros mismos.

Me propongo empezar hoy, ahora, ¿me acompañas?

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