miércoles, 21 de abril de 2010

El Camino

Regreso en AVE desde Madrid hacia Barcelona. El viaje es placentero, agradable, el paisaje deviene relajante, incitando a la reflexión tras las experiencias vividas en estos días, intensas unas, enriquecedoras todas.

Pasan campos de cultivo, lomas, pueblos, ciudades y, en cada paisaje, un conjunto de esperanzas, de oportunidades, de ilusiones. Poderosa mente, capaz de hacerme viajar más allá de mi mismo, más allá de mis propios sentimientos, enlazando con el hoy y con el mañana, con el es y con el será, con limitaciones y con posibilidades de expansión.

Hay días claros y días de bruma, días de claridad y días de ofuscación pero, en cualquier caso, tiempos preñados de energía, de transformación, de expansión personal, de percepción de que todo es posible si en ello pongo el alma.

Atrás quedan tiempos de limitación, tiempos que sin duda aparecerán por los resquicios de mi realidad. No hay nada que pueda resistirse al empeño, al coraje, a la valentía de ser uno mismo, de buscar dentro de sí y de encontrar los resortes.

El tren llega a una estación, tiempo de reflexión, de balance, consciente de que, en breve, retomará su marcha haciendo el camino, tan distinto al de antes, tan diferente al de después, viviendo el hoy cargado de esperanza. Caminos de color, caminos dulces y amargos en los que escojo adentrarme, paladeándolos con fruición porque así lo quiero, así lo decido.

Ese es el camino, no hay más que dar el primer paso, sin temor, con la mente del principiante, abierta y atenta, osada en su ignorancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario