Suena el despertador y poco a poco voy notando como cada brizna de mi cuerpo se despereza, mi sistema nervioso entra en alerta, dispuesto a acometer un nuevo día y, no me preguntéis porque, mi intuición me dice que este va a ser un gran día, o quizás escojo que lo sea, pese a todo.
Son las 6 de la mañana y el amanecer es ciertamente atractivo, se adivina el sol aún tras el horizonte, ansioso por parir el día, un día que invita a caminar y a disfrutar de una primavera que parece que ya lo es.
Decido ir paseando a la oficina, descubrir la ciudad al despertar, con mi propio ritmo, y me descubro pensando en la mañana en la que Mayte, una compañera de trabajo y buena amiga, entraba en mi despacho para darme el pésame por la muerte de mi padre y anunciarme su embarazo, una vida que se va, dando paso a un nuevo ser; la continua renovación.
El Kiosco de la esquina ya prepara el papel que iremos devorando ávidos de saber que es lo que ha ocurrido y de conocer la opinión de gurús y aprendices de Brujo, los trabajadores de la limpieza se dirigen a su base para empezar la jornada, una jornada que adivino apasionante y por fin, el sol, ya apunta sus primeros matices.
Jornada apasionante pase lo que pase; veo los inconvenientes agazapados, incluso los que emanan de excompañeros, examigos y socios a la fuerza de mi antigua empresa, y elijo gestionar esos y otros trastornos con una sonrisa. Hoy he despertado y estaba vivo, con un torrente de oportunidades, aprendizajes y crecimiento ante mi.
Hoy seguiré construyendo mi presente y mi futuro, contigo, con vosotros, en complicidad, en armonía y en compromiso; será nuestro pacto, el pacto de vida, el acuerdo de la energía, de la luz, de la fuerza, la tuya y la mía, la de todos.
Le digo sí a la vida y a su arco iris de matices, le digo no a la oscuridad amarga, a la mezquindad, a la inquina. Le hago un guiño a tu verdad y a la mía pero, sobre todo, le hago un guiño al compromiso de Vida con mayúscula.
Y eso, es por ti y es por mi.
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