jueves, 20 de octubre de 2011

Me siento solo

No sé como está pasando esto, noto literalmente el peso de una mochila de 50 kilos sobre mis hombros; por las noches, con el cansancio que arrastro, debería dormir como un tronco y, sin embargo, las ideas se enquistan en mi cabeza y soy incapaz de pegar ojo en toda la noche, mis jefes son incapaces de comprenderme, a mis colaboradores quiero transmitirles la máxima seguridad posible y, respecto a mis compañeros, no quiero que vean en mi a un ser débil y vulnerable.

Me siento solo

Tanto tiempo esperando a una promoción, tantas horas de duro trabajo, de estudios, de formación adicional, de búsqueda de información, de horas sacrificadas a la familia y al ocio dedicándolas al trabajo, para encontrarme con esta desagradable sorpresa.

Me siento solo

No puedo comentar estas inquietudes con nadie; ¿qué dirían?, si se lo cuento a mis jefes, me tomarán por un incompetente, si lo cuento en casa, no haré otra cosa que preocuparles, si lo comento con mis colaboradores, pensarán que tienen un jefe incapaz de resolver por si mismo la situación en la que nos encontramos y mis compañeros, no me merecen confianza, ya que me siento envidiado por ellos y harían de mi su venganza.

Me siento solo

Siento miedo, un miedo atroz y no tengo con quien compartirlo. Siento una espada de Damocles sobre mi cabeza. Me veo despedido, despojado de las prebendas, de mi statu quo, de mi prestigio, de todo lo que para mi era el éxito, el éxito que hasta hace bien poco tenía, y lo encuentro injusto, pero el terror ha anidado en mí y no puedo compartirlo absolutamente con nadie, aunque no vea salida posible.

Me siento solo

Hay quien me dice que eso no es el éxito, ¡malditos perdedores!, son incapaces de entender la vida de un profesional comprometido como yo.

¿Te identificas con este relato?, muchas personas se sienten hoy de este modo. ¿Qué te han contado del éxito que has vivido tan engañado?, ¿sigues haciendo lo que toca?; quizás ya ha llegado la hora de que empieces a vivir tu Vida y no la que marcan los cánones, pero esa es una decisión tuya, ¿qué me dices?

2 comentarios:

  1. pasé exactamente por esa situación hasta que, como no podía ser de otra manera, exploté. Cuatro meses de baja por depresión. Pastillas, psiquiatras, psicólogos.
    Al final me ofrecieron un jugoso finiquito, que estoy aprovechando para reorientar mi carrera, estableciéndome por mi cuenta. Gano mucho menos dinero y trabajo mucho más. Pero soy libre. No tengo que seguir las directrices de una enorme multinacional pesada, obsoleta, burocrática. No tengo que lidiar cada día con cientos de odios y rencillas personales. No tengo que recibir órdenes de superiores incompetentes y hartos de la vida.

    ResponderEliminar
  2. No sé quien eres pero por esa situación o muy parecida hemos pasado muchos, pero somos libres, libres para elegir, libres para reorientarnos y empezar a Vivir con mayúsculas, así que enhorabuena por tu elección que no puede ser más que acertada. Un abrazo fuerte y gracias por tu valentía y coraje.

    Jordi

    ResponderEliminar