miércoles, 7 de julio de 2010

La escucha y su efecto inmediato

Aquí podríamos poner nombres y apellidos de decenas de cientos de personas (entre las cuales me incluía hasta que alguien generoso me mostró mi terrible defecto), con profundas deficiencias en la escucha de sus colaboradores (por favor, empecemos a obviar el tema subordinados), Jefes, compañeros, hijos, amigos, padres, cónyuges, hermanos, etc. En particular, unos de mis hijos suele soltar, en plena conversación, cuando ve que me voy de la misma, “me he comprado una moto de 1.000 cc”, lo cual me sirve de revulsivo inmediato para volver a prestarle la atención que se merece, es decir, toda.

Otro ejemplo es un Jefe que tuve que en una reunión llegó a coger hasta 5 llamadas de teléfono. La solución fue fácil, me volví a mi despecho y le llamé por teléfono. Huelga decir que a punto estuvo de despedirme por tamaño desatino pero, al menos, sirvió para que se diera cuenta de su desprecio hacia mi (prometo, por mi más preciada posesión, que no llegué a articular palabra, es decir, no lo había dormido).

Una receta para que lleguemos a la cruda realidad, una evaluación a 360º en la que el interesado se evalúa a sí mismo y es evaluado por sus iguales, Jefes y colaboradores garantizando, en la medida de lo posible, la confidencialidad de las respuestas. Eso nos pondrá en nuestro sitio. Soy consciente de que esto es una obviedad….salvo para el que no lo es.

Medida correctora: a la primera persona que se dirija a ti y con la que tengas un mínimo de confianza, préstale toda tu atención, borra el teléfono de tus oídos, cierra la tapa del portátil o apaga la pantalla del ordenador, o cierra la TV o la radio o lo que sea que perturbe tu atención, acalla tus voces interiores y prepárate a disfrutar. Capta la totalidad de su mensaje, interésate por lo que dice haciéndole preguntas al respecto, sin prejuicios de ningún tipo. Una vez hecho esto, observa el efecto que ha tenido en vuestra relación y en la calidad del mensaje y, luego, extrapólalo a todas las facetas de tu vida y cuéntame el resultado; me gustará saberlo.

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